Page 607 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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Expuesto pues así, señor Presidente, el funda-  do la casación y la revisión de estos procesos por
                  mento filosófico y teológico de quienes expresan-  la Corte Suprema.
                  do una corriente o un punto de vista sostienen
                  que es posible aplicar la pena de muerte, yo me  Creo, señor Presidente, que debería haber ma-
                  pregunto, y mi respuesta es afirmativa, si no es  yores garantías. Estimo que los tribunales mili-
                  acaso útil o necesario, frente al fenómeno del te-  tares no deben en el Perú aplicar la pena de muer-
                  rrorismo que vivimos, dotar al Estado, y al Esta-  te; que en los casos en que esta sanción deba ser
                  do democrático, de toda la autoridad necesaria  aplicada, debe resultar imperativa y obligatoria
                  para aplicar con rigor el máximo de pena posi-  y sólo aplicada por la Corte Suprema de Justicia
                  ble.                                        de la República del país.

                  Yo estimo que es tan grave el flagelo que hemos  Es más, estimo que la ley debe garantizar la una-
                  vivido, que bien puede el estado de derecho, pre-  nimidad como única circunstancia en que la pena
                  viéndose de todas las garantías, dotar a su Esta-  puede ser aplicada.
                  do de una autoridad tal que lo lleve a este extre-
                  mo máximo.                                  Creo, entonces, señor Presidente, siendo por su-
                                                              puesto toda obra humana, que el riesgo del error
                  Es cierto que quienes sostienen posición contra-  judicial puede ser disminuido.
                  ria esgrimen argumentos valederos. Quisiera, sin
                  embargo, referirme a tres de ellos, para intentar  En relación al efecto disuasivo que pueda o no
                  precisar por qué veo que los riesgos genéricos que  tener esta sanción, ha habido una serie de inter-
                  se expresan como temores ante la pena de muer-  venciones, y yo me inclino, señor Presidente,
                  te pueden minimizarse; esto, en el caso concreto  quizás sólo esperanzadamente, a considerar que
                  del terrorismo y de la idea que estamos defen-  en el esfuerzo final que tenemos que hacer para
                  diendo quienes propiciamos esta modificación  ganar la guerra subversiva, en el esfuerzo final
                  constitucional, que es, por supuesto, una aplica-  para que esta guerra concluya definitivamente
                  ción muy restringida a las modalidades del te-  en el país, encontrándose como se encuentran
                  rrorismo.                                   encarcelados los líderes terroristas, hemos de
                                                              crear un mecanismo que tienda, hasta donde sea
                  En primer lugar se alude al error judicial, a la  posible, y creo que en eso puede radicar el efecto
                  posibilidad, natural y humana, de que el juez fa-
                  lle en la aplicación de esta pena. Fallará la auto-  disuasivo, a evitar la recomposición de las cúpu-
                                                              las de los movimientos terroristas.
                  ridad si en efecto terminara condenando a un
                  inocente. Estimo que la posibilidad de limitar ese  Estimo que allí podría radicar un efecto disuasivo,
                  riesgo pasa —como indicaba, y eso lo diseñará la
                  ley— por una aplicación muy restringida de la  tangible y claro, y por eso me inclino a dotar al
                  posibilidad de pena de muerte a los casos de ca-  Estado peruano de este instrumento con el que
                  becillas y frente a hechos de gravísimas conse-  eventualmente pueda disuadir la recomposición
                  cuencias que la ley tendrá que precisar.    de los mandos militares de los movimientos te-
                                                              rroristas.
                  Hay entonces un menor riesgo de error, porque
                  el cabecilla senderista o el cabecilla terrorista,  Nada puede ser una verdad absoluta, pero me
                  en cualquiera de sus modalidades, normalmente  inclino a pensar que este elemento, usado pru-
                  ha sido claramente identificado, incluso por una  dentemente —y podría disminuirse a través de
                  autoinculpación. Hay normalmente en estos ca-  los elementos señalados cualquier riesgo de
                  sos una declaración personal de culpabilidad, una  error— podría para este concreto propósito te-
                  afirmación de pertenencia al movimiento subver-  ner un efecto disuasivo.
                  sivo y, normalmente, una reivindicación de los
                  actos terroristas.                          El último tema al cual me quiero referir es el
                                                              relativo al impacto internacional y a las preocu-
                  En consecuencia, quien juzga —si bien llega,  paciones que sobre esta materia, en efecto, res-
                  como en todo proceso judicial, a la verdad— nor-  ponsablemente, debemos tener.
                  malmente parte del reconocimiento de los hechos
                  delictivos y de la condición delincuencial de quien  Es cierto que la modificación constitucional no
                  así se ha autoinculpado.                    supone la reimplantación de la pena de muerte,
                                                              porque la Constitución de 1979 no la abolió defi-
                  Pero, aun en este caso, estimo que los legislado-  nitivamente; pero sí supone la ampliación a
                  res tendremos que ser particularmente cuidado-  causales distintas de las contempladas en esa
                  sos para garantizar un debido proceso; y por eso  Constitución, y eso va a tener sin duda un efecto
                  celebro, para comenzar, que hayamos incorpora-  internacional.



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