Page 578 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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rior, el Comando Conjunto no se responsabilizaba Esa interpretación yo la declaro equivocada.
de la disciplina en una contienda bélica. Quisimos decir "guerra en las fronteras". La prue-
ba es que el doctor Francisco Chirinos y yo pro-
Entonces, se nos puso contra la pared, porque poníamos que sólo se aplicara en el teatro de ope-
nosotros teníamos que atender los altos intere- raciones. O sea que estábamos pensando en un
ses de la patria, y por eso se introduce la excep- teatro de operaciones; no estábamos pensando en
ción: una subversión que pudiera abarcar todo el país.
"No hay pena de muerte sino por traición a la Desde entonces, la opinión pública fue opuesta;
patria en los casos de guerra exterior". yo no sé cuántas veces habré escuchado en los
automóviles, en reuniones, a los choferes de taxi,
Es una hipótesis muy limitada, que el señor Fran- a las amas de casa, esta pregunta: ¿cómo van a
cisco Chirinos Soto y yo quisimos restringir aún abolir, doctor, la pena de muerte? O esta otra,
más. Quisimos poner: "Para los delitos de trai- que me va a servir para un argumento que quie-
ción a la patria en caso de guerra exterior y en el ro desarrollar en seguida: ¿van a dejar a la socie-
teatro de operaciones", a fin de evitar la vergüen- dad sin defensa suprimiendo la pena de muerte?
za de los juicios de vindicta, de los juicios póstu- Éste era el gran argumento y, desde el punto de
mos a la guerra, de los juicios como los que en vista de la filosofía del derecho, ése es el verda-
Francia, cuna de la cultura, padeció desgracia- dero argumento. No es la capacidad disuasoria
damente el Mariscal Petain y padeció Pierre de la pena de muerte, que está, efectivamente,
Laval, sólo porque, sirviendo a Francia, habían en tela de juicio; no es su capacidad para acabar
considerado equivocadamente que la guerra la de una sola vez y para siempre con el terrorismo.
ganaría Alemania. Si Alemania hubiera ganado No, absolutamente, yo no creo en eso. Y no ten-
la guerra, Petain y Laval hubieran tenido un mo- go tantas dudas, como puede tener el doctor
numento. Pero, como Alemania la perdió, el vie- Fernández Arce o como puede tener el doctor
jo Mariscal, vencedor de Verdún, fue condenado Pease, respecto de la falibilidad de los tribunales
a muerte; la pena le fue conmutada por De Gaulle. de justicia.
Pierre Laval, en cambio, pereció ante un pelotón
de fusilamiento.
El problema es el siguiente: el terrorismo ha su-
puesto una lesión muy grave del orden jurídico,
No tuvimos en cuenta, en aquella Asamblea Cons-
tituyente, el terrorismo tal como se ha presenta- del orden civilizado, del orden social. Es un ata-
do. Nosotros no podíamos imaginar que habría que, una penetración, es un cuchillo que ha des-
una guerra como la que desde hace trece años truido internamente el ordenamiento jurídico.
libra el Perú. Entonces, se nos puede decir que Frente a ese desequilibrio, la sociedad exige el
fuimos imprevisores. En todo caso, no fuimos restablecimiento de la pena de muerte, con fines
omniscientes, no sabíamos lo que iba a pasar. de equilibrio jurídico. El desequilibrio sólo se
Desde luego, tuvimos en cuenta el delito de te- corrige con el equilibrio. Y la sociedad, sea una
rrorismo; la prueba es que autorizamos una pri- sociedad nacional, como el Perú, sea la sociedad
sión administrativa de quince días para las per- mundial, necesita el equilibrio. Sin equilibrio
sonas sospechosas de terrorismo, en vez de las jurídico no vive la sociedad.
24 horas que funciona para todo ciudadano. Y la
prueba es, también, que en otro artículo, de ini- Yo, desde luego, he dicho que saludo el alegato
ciativa de Javier Valle Riestra hay que decirlo emocional del doctor Fernández Arce, y reitero
con todas sus letras, porque a veces se considera mi saludo. Pero el alegato emocional tampoco
sospechoso de pro terrorismo al doctor Valle puede, y perdóneme, señora, que use la palabra,
Riestra, aprobamos que el terrorismo como el pero no hay ánimo de ofensa, iba a decir pertur-
magnicidio o el genocidio no son delitos políticos bar; tampoco puede, diré mejor, alterar o incli-
para los efectos de la extradición. nar el criterio frío, el criterio helado si se quiere,
del legislador.
Pero, en buena cuenta, fuimos abolicionistas.
Abolimos la pena de muerte, que no se puede Nos encontramos con un fenómeno todavía más
aplicar en el Perú según la vigente Constitución, interesante, fuera de la opinión internacional. La
sino, repito, en una hipótesis muy remota que presión de la opinión interna en favor de la pena
no se ha presentado y que es difícil que se pre- de muerte, que ha sido antes muy fuerte, ha de-
sente. caído. Ya no es lo que era. ¿Por qué? Porque ha
sido capturado, sin derramamiento de sangre ni
Y cuando dijimos "guerra exterior", quisimos de- demostración de fuerza, el cabecilla número uno
cir "guerra con otros países"; no quisimos decir de Sendero Luminoso y el cabecilla número uno
"guerra interna con financiación extranjera", no. del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
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