Page 575 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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Arce —que es el más joven de la bancada de la  ofrece el heroísmo, y eso es lo que se está fomen-
                  mayoría— que el año 2100 ó 2200 será la posi-  tando al aplicar la pena de muerte.
                  ción abolicionista la que prime en el mundo, de
                  la misma manera en que hoy avanza en muchos  Por otra lado, no solamente en estos casos de te-
                  países.                                     rrorismo los hechos no corroboran que la pena
                                                              de muerte sea disuasiva. Esto lo dije en la Comi-
                  El Estado no tiene derecho de decidir a eliminar  sión cuando debatimos este tema, y quiero sus-
                  en frío a una persona, ése es un elemento cen-  tentarlo. Si hay una cuestión arraigada en la so-
                  tral. No es una pena; es más venganza que justi-  ciedad peruana, justamente por las enormes di-
                  cia; no repara el daño hecho a la vida de otro; es  ferencias y desencuentros que existen en ella,
                  volver a instaurar la ley del talión, el ojo por ojo  justamente por ese tremendo caldo de cultivo que
                  y diente por diente. Sostengo, al revés, que la  es la miseria, por esa enorme complejidad que
                  vida humana es inalienable. No somos dueños  nosotros hemos reconocido al hablar de plurali-
                  de la vida de otros, y los cristianos pensamos que  dad cultural; por todo eso, si hay algo que arrai-
                  no somos dueños de nuestra propia vida.     gó demasiado en la cultura peruana, es que hay
                                                              que eliminar al otro para realizar los propios va-
                  Pero algo más, y aquí quiero entrar a ver el pro-  lores o los propios deseos o las propias ideas.
                  blema desde una óptica más sociológica que filo-
                  sófica. La pena de muerte hace un daño público  Mi generación, en los 60, discutía sobre la políti-
                  y en el Perú, un daño público mucho mayor. Voy  ca y siempre se decía: la política fuera del siste-
                  a demostrarlo. Sostuve, señora...           ma; la política que busca actuar a través de la
                                                              lucha armada es la que conseguirá la justicia. Eso
                  La señora PRESIDENTA.— Doctor Pease, ha     está muy metido en una historia de desencuen-
                  tenido usted dos turnos, le rogaría que resumie-  tros que tiene más de 500 años en el Perú, y tie-
                  ra en su tercer turno.                      ne que ser revertido. Para ello tenemos que cam-
                                                              biar esa lógica que está esencialmente ratificada
                                                              por la pena de muerte, el que uno se sienta con
                  El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Señora
                  Presidenta, ojalá tuviera usted la misma pacien-  derecho a eliminar al otro.
                  cia que ha tenido con muchos otros. Quiero re-  Por eso, yo me hago una pregunta: ¿va a servir la
                  cordarle que el doctor Ortiz de Zevallos, entre lo  pena de muerte para acabar con la violencia en
                  que habló y lo que hizo leer, ha ocupado más de  el Perú y en particular con la violencia senderista?
                  media hora y puedo ponerle otros ejemplos más.  En una sociedad con estas características, no va
                  Hablé con el presidente Yoshiyama, y también  a servir; va a servir al propio Sendero. Y esto no
                  con el vicepresidente Víctor Joy Way, que estaba  lo pienso yo, ni lo piensa solamente gente de iz-
                  antes que usted, y le dije: "Yo no me salgo del  quierda.
                  tema; entro al tema, pero tengo derecho a expo-
                  ner; el Reglamento me da cinco minutos todas  Tengo a la mano un artículo de la misma revista
                  las veces que quiera, y lo único que planteo es  que ha citado el señor Paredes, nada menos que
                  que me dejen hacerlo de corrido para que se en-  del Presidente del Consejo de Ministros Alfonso
                  tienda mejor".                              de los Heros, que es mucho más prudente en tra-
                                                              tar el tema. También hay otro de uno los miem-
                  La señora PRESIDENTA.— Continúe, doctor     bros del Jurado de Honor, el doctor Manuel de la
                  Pease.                                      Puente y Lavalle, nombrado por este Congreso,
                                                              tratando el tema con mucha más prudencia.
                  Le aviso que está usted en el tercer turno.
                                                              El doctor De los Heros reconoce que hay una cri-
                  El señor PEASE GARCÍA (MDI).— Sosten-       sis profunda en la sociedad peruana que explica
                  go, además, que la pena de muerte produce un  la violencia, y que la acción del Estado no puede
                  daño público, pues fomenta un tipo de relación  ser solamente —o principalmente— la acción vio-
                  social que es justamente la que necesitamos eli-  lenta, y que justamente por este camino hay du-
                  minar en el Perú, un tipo de relación social que  das sobre su resultado.
                  trata de resolver los conflictos eliminando al pró-
                  jimo.                                       El sentido político de la pena de muerte, hoy en
                                                              el Perú, reviste —sostiene De los Heros— carac-
                  Creo que la pena de muerte no amenaza ni gene-  terísticas muy especiales que no son las más fa-
                  ra miedo, y menos aún en el terrorista. Hay es-  vorables para tomar la decisión al respecto. No
                  tudios sobre el pensamiento de Sendero Lumi-  sería ya una medida preventiva o disuasiva, den-
                  noso que muestran que tiene una cultura de  tro de la relatividad de su eficacia, sino una res-
                  muerte. A sus integrantes, la muerte no les im-  puesta angustiosa de una sociedad asediada y
                  presiona; por el contrario, les ofrece la gloria, les  golpeada por el terrorismo.



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