Page 572 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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nar a la pena de muerte a un hombre inocente,  condición de todos los demás derechos de la per-
                  como hace unos días los periódicos nos anuncia-  sona".
                  ban. ¿Qué ha pasado en Inglaterra, donde se im-
                  puso la pena de muerte a un hombre y meses  De otro lado, si queremos que prospere la pena
                  después se ha descubierto que era inocente?  de muerte, entonces erradiquemos el derecho de
                  ¿Quién hace recuperar la vida a ese hombre ino-  respeto a la persona humana y el derecho a la
                  cente?                                      vida; y, finalmente, si queremos ser consecuen-
                                                              tes, también condenemos el aborto para poder
                  Asimismo, desde el punto de vista del Derecho  condenar la pena de muerte.
                  Internacional Público, el Perú ha suscrito un
                  pacto, el Pacto de San José de Costa Rica, en 1969,  Creo que amar es perdonar, y no se predica con
                  y lo ha ratificado el Congreso de la República en  la palabra sino, humildemente, con el testimo-
                  1979; de tal manera que las normas que están  nio, diciendo la verdad; y aunque sé que este tema
                  dentro de ese Pacto tienen categoría de normas  es muy controvertido, respeto la opinión de los
                  constitucionales; y para poder salir de este com-  demás. Yo no pido que respeten mi opinión, sim-
                  promiso,  habría que denunciar el Pacto de San  plemente, he servido como medio para que se
                  José, trayendo como consecuencia que un tribu-  abra más el debate.
                  nal, el Tribunal Interamericano, no tendría ya
                  competencia para conocer de las violaciones de  El señor LARRABURE GÁLVEZ (FIM).—
                  los derechos humanos que pudieran cometerse  ¿Me permite una interrupción?
                  en el Perú.
                                                              El señor FERNÁNDEZ ARCE (C90-NM).—
                  Asimismo, quiero señalar que, según las infor-  Con mucho gusto le cedo la palabra a mi querido
                  maciones que tenemos —y todos estamos felices  amigo, el señor Larrabure, con la venia de la se-
                  de esta noticia porque es real—, el Perú está com-  ñora Presidenta.
                  batiendo con éxito el terrorismo; se dice que ya
                  se ha combatido en casi un 90 a 95 por ciento.  La señora PRESIDENTA.— Puede usted in-
                  ¿Sin pena de muerte? Sí, sin pena de muerte.  terrumpir, señor Larrabure.
                  Entonces, ¿se justificaría para concluir este plan
                  de erradicación del terrorismo que se imponga  El señor LARRABURE GÁLVEZ (FIM).—
                  la pena de muerte? Ustedes tienen la respuesta.  Gracias; con la venia de la señora Presidenta.
                  Somos una civilización de vida, no una civiliza-  Yo he venido con una posición formada a este
                  ción de muerte; busquemos la paz, pero por me-  debate. He estado reflexionando varios días; pero,
                  dios pacíficos, y no empleemos los medios crimi-  lógicamente, estoy escuchando las diversas opi-
                  nales del terrorismo para poder sancionar con la  niones y posiciones, y me parece la posición suya
                  muerte, porque la muerte, en los países donde  una posición centrada, brillante desde su punto
                  se introdujo la pena, no ha respondido a la finali-  de vista. Sin embargo, yo quiero hacerle la si-
                  dad que se perseguía, no ha erradicado el delito,  guiente pregunta, para seguir informándome
                  no ha disuadido; por eso, en muchos países del  sobre el concepto que he traído.
                  mundo no existe la pena de muerte.
                                                              Dicen que no es disuasiva la pena de muerte.
                  La pena de muerte genera violencia y degrada al  Efectivamente, puede ser que no sea disuasiva
                  hombre, porque la vida es sagrada, la vida es de  para los mismos delincuentes; me estoy refirien-
                  Dios. No olvidemos que aquí hay un deber de con-  do al caso concreto de los terroristas. Pero, diga-
                  ciencia fundamental y un mandamiento, ¡no ma-  mos, en una familia los padres saben o presien-
                  tarás!, que bulle en nuestra conciencia, bulle en  ten si sus hijos usan drogas, si sus hijos son de-
                  todo nuestro ser, y nosotros, mientras podamos  lincuentes, o si sus hijos son terroristas.
                  decir ¡no! a la pena de muerte, lo diremos siem-
                  pre, con toda energía, porque estamos convenci-  Entonces, en algunos casos no persuade al ele-
                  dos de la verdad de este principio. La muerte trae  mento terrorista, que es el que va a matar, que
                  muerte, la violencia trae violencia; en cambio, el  es el que va a delinquir. Pero, al existir esta pena
                  amor genera una sociedad justa, una sociedad que  capital, los padres van a intentar persuadir a sus
                  está destinada al desarrollo. Nosotros tenemos que  hijos de que no integren grupos terroristas.  Es-
                  predicar, como legisladores, como hombres madu-  toy seguro de eso, y si presintiese que uno de mis
                  ros, con serenidad, con objetividad, buscando lo  hijos está en las filas del terrorismo, voy a tratar
                  mejor para nuestra colectividad.            de persuadirlo.

                  Permítame, señora, citar a Juan Pablo II: "El  Dejo esta inquietud para ver qué me contesta el
                  derecho a la vida es el derecho primero, origen y  señor Fernández Arce.



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