Page 570 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
P. 570

nos protege y nos defiende del odio. Ésa es la  comprensible muerte de tantos seres inocentes
                  maravilla del amor. Lo único que me permite se-  de este pueblo.
                  guir viviendo, con este dolor infinito, aterrador,
                  sin límites, es la vivencia interna del amor, de su  Lo que ha pasado con mi familia ha pasado con
                  amor.                                       otras, con muchas otras y, desgraciadamente, si-
                                                              gue pasando con otras más. ¿Hasta cuándo? En
                  Si en este momento desaparecieran mágicamente  este tiempo de Ayacucho, por ello, he sentido re-
                  todos nuestros problemas económicos, estoy se-  vueltos la pobreza, la muerte por la violencia, el
                  gura que la violencia, la desesperación y el odio  miedo, la impotencia, la solidaridad y la esperan-
                  continuarían. Porque como país nos hemos olvi-  za.
                  dado del significado del amor. Hemos prostitui-
                  do su sentido y ocupa un lugar perdido en nues-  Dios nos dice en la Biblia que el ladrón no viene
                  tra escala valorativa. En cambio el odio ocupa  sino para hurtar, matar y destruir. Yo he venido
                  un lugar preponderante y la violencia, su expre-  para que tengan vida y la tengan en abundancia.
                  sión directa, nos invade.                   Quienes creemos en el Señor, afirmamos nues-
                                                              tra fe en el Dios de la vida, el Dios del amor, y
                  Tenemos que aprender a odiar, pero al odio, a  rechazamos todo aquello que produce la pobre-
                  rechazar, pero sólo a la violencia, nunca a las per-  za, la injusticia, la violencia y la muerte.
                  sonas. En el hogar, en la escuela, en la universi-
                  dad, en los sindicatos, en el trabajo, comencemos  Por eso —sigue diciéndonos Luis Mujica—, la
                  cada uno el cambio. Con el ejemplo, con el testi-  esperanza es lo último que se pierde".
                  monio de nuestra propia vida.
                                                              Y, en efecto, eso es lo que vi estos días en este
                  Nadie, ningún partido político, ningún líder por  pueblo, que  poco a poco se levanta, aún en me-
                  excepcional que sea, puede hacer el milagro de  dio de la desesperanza.
                  desaparecer el odio y la violencia.
                                                              Además, he sido testigo de una Iglesia que tra-
                  En cambio es tarea de todos y de cada uno de  baja, silenciosa e infatigablemente, comprometi-
                  nosotros. Si cuando vamos a efectuar un acto de  da con los presos, las viudas y los huérfanos, com-
                  violencia, de cualquier tipo, reflexionamos y en-  prometida con los sinsabores de tener que acom-
                  cauzamos esa energía hacia lo positivo, estare-  pañar a las mujeres en el calvario de enterrar a
                  mos realmente intentando una verdadera, una  sus esposos e hijos muertos inútilmente, muer-
                  auténtica revolución.                       tos injustamente, muertos cobardemente.

                  Ninguna ley, ninguna pena de muerte, ningún  Desde estas líneas queremos afirmar que, de todo
                  castigo destruye el odio; al contrario, lo estimu-  corazón perdonamos a los que atentaron contra
                  la, lo favorece.                            el don más grande que Dios nos dio: la vida. Los
                                                              perdonamos, porque lo han hecho sin saber por
                  Pero el odio no construye. Nunca. Es mentira el  qué y cómo se canta en esta tierra. Yo quiero ser
                  paraíso que comienza a partir de la violencia y la  el hermano que da la mano al caído, y abrazados
                  muerte". Este testimonio apareció en la revista  férreamente, vencer mundos, enemigos, y abra-
                  Oiga el 6 de octubre de 1986.               zados férreamente, vencer mundos que oprimen.
                                                              Pero perdonar es dar vida. Como decía una an-
                  Otro testimonio, el de Luis Mujica, ayacuchano.  ciana con lágrimas en los ojos: "no nos toca a no-
                  Después que Sendero Luminoso asesinara a su  sotros juzgar; Dios se encargará de eso; nosotros
                  padre y a dos de sus hermanos, nos conmovía  debemos perdonar a los que nos ofenden, siem-
                  con este testimonio de perdón y de esperanza:  pre".

                  "Todo tiene su tiempo, y esta vez a mi familia le  Pero, con firmeza, repetimos lo que decía otro
                  ha tocado vivir, todo junto, el drama del seno de  joven: "Tenemos que hacer algo; tengo que hacer
                  esta tierra, y yo he sentido sobre mis hombres  algo para cambiar esta tierra con justicia y soli-
                  todo el peso de Ayacucho.                   daridad".
                  Mi padre Juan de Dios, y mis hermanos Juan y  Hasta aquí, estos testimonios.
                  Manuel, han aumentado el número de muertos
                  por la vorágine violentista; ya no es, pues, sola-  Evidentemente, este tema de la pena de muerte
                  mente cercano el dolor y el sufrimiento, es como  hoy en día es un tema muy polémico, es un tema
                  si no hubiera más anochecer ni amanecer por el  controvertido, por las especiales circunstancias
                  constante azote tenue de las lágrimas y los dien-  que vive desgraciadamente nuestra patria desde
                  tes apretados e impotentes ante la absurda e in-  1980 hasta la fecha. Felizmente, gracias a Dios,



                                                          1448
   565   566   567   568   569   570   571   572   573   574   575