Page 557 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
P. 557
podía tener ese derecho si no le venía de lo alto; lico, Santo Tomás de Aquino, indica lo siguiente:
con lo cual reconoció plenamente la capacidad "Es lícito matar al malhechor en cuanto se orde-
del poder político, del hombre y del Estado para na a la salud de toda la sociedad, y por tanto co-
poder, justamente, eliminar, y ése es el término, rresponde sólo a aquel a quien está confiado el
aquellas manzanas podridas que tienden a pu- cuidado de su conservación como al médico le
drir la sociedad. compete amputar el miembro podrido cuando le
fuere encomendado la salud de todo el cuerpo".
Es por ello que creemos que la pena de muerte
tiene expiación en sí misma, como toda pena, lo "Y el cuidado del bien común está confiado a los
cual significa un castigo proporcional para el daño príncipes en aquel entonces, que tienen la
que se ha ocasionado. Más allá de las estadísti- pública autoridad y, por consiguiente, solamente
cas sobre si ha habido más o menos delincuen- a éstos es lícito matar a los malhechores, y no lo
cia, más o menos terrorismo, después de implan- es a las personas particulares".
tada la pena de muerte, debemos decir que ése
no es el problema central. El problema central Esto significa que, si entendemos que la ley es
de la pena de muerte es si es proporcional la cul- un ordenamiento de la razón orientado hacia el
pa con la pena que se impone. Y no podemos res- bien común cuya promulgación corresponde a la
petar la vida de aquel que segó la vida de su pró- autoridad legítima, es a este Congreso y al poder
jimo. No le podemos dar un derecho a la vida a político a quienes les corresponde la responsabi-
aquel que atenta contra el bienestar de la comu- lidad de asumir la pena de muerte como una po-
nidad. Estamos en contra de todas las posiciones sibilidad no la única, como un instrumento
muy respetables pero estrictamente sentimen- de la sociedad organizada en legítima defensa,
tales en lo que corresponde a la responsabilidad como un derecho natural de todos los ciudada-
de promover el bienestar de la comunidad. nos para promover el bienestar común.
Creo que hay mucha bibliografía en favor y en Es el momento, como en la discusión de muchos
contra; pero digo a todos aquellos que son cris- siglos, de pronunciarnos si estamos a favor o en
tianos o católicos, que ésta es una posición de contra de la pena de muerte. Y más allá de la
conciencia y que es falso, como plantean algu- coyuntura política que vive el país, por un tema
nos, que un católico está en contra de la pena de de conciencia, estamos a favor. Pero habemos al-
muerte. Lo cierto es que todos aquellos que pro- gunos, señor Presidente, que, al margen del de-
fesamos la fe católica, y también los cristianos, bate de este artículo presentado por la Comisión
tenemos libertad de conciencia para optar por la en mayoría, creemos que hay otras figuras
posición que estimamos más adecuada. delictivas que también tienen que estar consa-
gradas dentro de la capacidad del Estado para
Y, como reitero, ningún teólogo de la Iglesia Ca- poder, justamente, asumir la consecución del
tólica, salvo Escoto, estuvo en contra de la pena bienestar de la comunidad.
de muerte. Es por ello, señor, que me voy a per-
mitir leer dos referencias fundamentales, tanto ¿Por qué no a los narcotraficantes? ¿Por qué no
de Santo Tomás de Aquino, en la Summa contra a los secuestradores y a los violadores de niños?
gentiles y en la Summa teológica, como de San ¿Por qué no otras figuras delictivas, que también
Agustín, padres y filósofos fundamentales del pueden estar comprendidas en la ley, contra los
pensamiento cristiano. funcionarios corruptos o contra aquellos que
atentan contra la capacidad de poder promover
Dice San Agustín en La Ciudad de Dios: "De nin- el desarrollo de nuestro pueblo? Debemos asu-
guna manera obraron contra el precepto no ma- mir esa obligación y esa responsabilidad que nos
tarás los que cumpliendo con el encargo de la compete.
autoridad pública castigaron con la muerte a los
criminales". Es por ello que creo que hay una obligación mo-
ral y ética por un voto de conciencia, en el cual
Con lo cual, señor Presidente, esa posición sen- cada uno es responsable por lo que entiende debe
timental de que si somos nosotros los que impo- ser el bienestar de nuestro país. Creo que no es
nemos la pena de muerte debemos ser los un asunto de sentimientos sino de convicciones.
ejecutores, es una posición sin ningún sustento, Es una obligación con el desarrollo y con el pro-
pues esa pena no atenta contra principios y con- greso del país. No es incompatible para ningún
tra una fe cristiana y una fe católica. cristiano ni católico estar a favor de la pena de
muerte ni tampoco estar en contra de ella. Cada
Por tanto, San Agustín señala en forma clara su uno votará conforme a su conciencia, y, desde ya,
posición, que luego se ha ratificado en el pensa- señor Presidente, solicito que sea voto nominal,
miento aristotélico tomista, cual el Doctor Angé- para que el país sepa quiénes estuvieron a favor
1435