Page 787 - Debate Constitucional 1993 - Tomo I
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Lo que ocurre, señor, es que ahora se nos viene a  de planificación para el desarrollo. Esto es con-
                  decir que el siglo XXI es una fecha mágica, que  denar a la Constitución al presente, es creer que
                  con el siglo XXI van a venir nuevas formas de  los peruanos tienen su futuro, inevitablemente,
                  expresión social y económica y que el siglo XXI  ligado al desarrollo, a la consolidación del mer-
                  va a significar una valla que distinga al mundo  cado.
                  de hoy del mundo del futuro. No, señor; el siglo
                  XXI lo estamos viviendo ahora; lo estamos cons-  Señor Presidente, no aspiro —y creo que muchos
                  truyendo ahora. Es, simplemente, una fecha más  en la oposición  tampoco lo hacen— a cambiar
                  a la que entrarán los pueblos que tengan presen-  ninguna letra del Régimen Económico tal como
                  te que existe una negación y una superación in-  está contenido en el proyecto, porque es mejor que
                  telectual.                                  se mantenga tal cual; es mejor que el Perú conoz-
                                                              ca cuál es la decisión, no solamente del gobierno
                  Quienes ahora reniegan del marxismo y le adju-  sino de la mayoría que tiene aquí en el Congreso.
                  dican a la Constitución de 1979 ese carácter, es-  Es mejor —aun cuando fuera doloroso para el Perú
                  tán incurriendo en la misma intolerancia de creer  del futuro— que pueda quedar al descubierto la
                  que hemos llegado a descubrir la piedra filosofal  falta de compromiso que hoy se está asumiendo
                  y que el proyecto económico que se persigue es el  con lo que son las realidades más profundas y sen-
                  que va a resolver los problemas de nuestra socie-  tidas de nuestra población. Aquí se está diseñan-
                  dad. Es decir, se está cayendo en lo mismo que se  do un Estado en el que los intereses de los perua-
                  intenta superar. Así como el marxismo creyó que  nos pobres sólo pueden aspirar a vegetar, sólo
                  era —como dicen los jóvenes— la última chupa-  pueden aspirar a subsistir, a sobrevivir.
                  da del mango o la última Coca Cola del desierto,
                  ahora se pretende sostener que el liberalismo va  No se trata de poner en la Constitución —como
                  a resolver todos nuestros problemas, y que he-  se ha dicho— proclamas inefectivas o palabras
                  mos encontrado, por fin, la puerta a la felicidad.  que expresen grandes ilusiones. No, señor Pre-
                                                              sidente; esas grandes ilusiones y esas grandes pro-
                  Y eso, evidentemente, es una negación de esta  mesas, que ahora parecen irrealizables, deben ser
                  realización y superación del hombre, que, en for-  las obligaciones que al Estado de ahora lo lleven
                  ma permanente, tal vez, retorna a fórmulas del  hacia el futuro. Negarle a la Constitución el com-
                  pasado, pero nunca sobre lo mismo. Esto, señor  promiso de construir un Perú mejor es descubrir
                  Presidente, se inserta, lamentablemente, en todo  el proyecto que ahora vamos a aprobar o aproba-
                  el texto del Régimen Económico y, sobre todo, en  rá la mayoría, pero que, de ninguna manera, debe
                  éste, de los principios que estamos analizando,  contar con el compromiso de sectores de la opo-
                  donde todas las ventajas, donde todas las seguri-  sición; por lo menos, señor, no tendrá mi voto
                  dades, donde todas las cautelas son para el capi-  favorable.
                  tal; donde la lógica del inversionista, señor Pre-
                  sidente, es que hay que proteger y, lógicamente,  Gracias.
                  esto tiene que ver con el recorte de derechos y de
                  beneficios para el trabajador. Pero más aun, se-  El señor PRESIDENTE.— Tiene la palabra el
                  ñor, se avanza no hacia la reducción del Estado,  señor congresista Mario Paredes.
                  no a convertirlo en un aparato pequeño y eficaz,
                  sino en un ausente, porque se considera que el  El señor PAREDES CUEVA (FREPAP).—
                  mercado es el que debe resolver los problemas  Señor Presidente: He escuchado con atención este
                  de nuestra sociedad económica.              debate, sobre todo cuando expuso el doctor Car-
                                                              los Torres y Torres Lara, por eso voy a insistir,
                  Señor, haber puesto economía social de mercado  voy a tener esa voluntad férrea del doctor Pease.
                  no es sino un título más, porque la única posibi-  Aunque voten en contra, yo estoy allí, así se dé
                  lidad de que la economía tenga un carácter so-  contra la computadora el doctor Carlos Torres y
                  cial reside en la acción del Estado; es precisamente  Torres Lara; a ver si insistiendo, apunta algo de
                  el Estado el que puede darle a la economía el ca-  lo que propongo.
                  rácter social. Si estamos anulando la presencia
                  del Estado y estamos reduciendo de modo que su  Presidente, el doctor Carlos Torres y Torres Lara
                  acción no sea subsidiaria, ni siquiera complemen-  habló de una economía aceptada mundialmente
                  taria, sencillamente estamos negando la posibi-  y creo que se está confundiendo muchas veces
                  lidad de que esta economía futura pueda tener  con los contratos internacionales, los que nos im-
                  un carácter social. Y, lógicamente, resulta tam-  ponen ciertas condiciones, sobre todo en la
                  bién inevitable que el Estado reniegue de su rol  reinserción. Lógico, los que prestan plata tienen
                  promotor, que se le niegue al máximo las posibi-  que poner condiciones, pero si nosotros tenemos
                  lidades de una actividad empresarial y que, ob-  los medios suficientes y vamos cumpliendo, me-
                  viamente, el Estado no tenga ninguna función  joran esas condiciones.



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