Page 635 - Debate Constitucional 1993 - Tomo I
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le dicen a uno qué es justo o injusto en la  socie-  todos tienen que recurrir a los métodos demo-
                  dad.                                        cráticos, aunque sólo sea en apariencia. Y digo
                                                              "apariencia", porque todos los partidos, en ma-
                  Sin embargo, la vida de los partidos políticos está  yor o en menor grado, emplean, por ejemplo, la
                  rodeada de estatutos y reglamentos internos, que  técnica de la designación y, sobre todo, el método
                  casi nunca reflejan la realidad; pero son estas gi-  del sufragio indirecto, que es, como dice Duverger,
                  gantescas organizaciones las que conducen a las  un medio admirable de prescindir de la demo-
                  sociedades en el mundo contemporáneo.       cracia fingiendo que se aplica; con lo que, al fi-
                                                              nal, se hace escarnio de los principios democráti-
                  En los Estados Unidos, por ejemplo, se les llama  cos y se tergiversa completamente la voluntad
                  "La Maquinaria"; en Francia se les denomina "El  de los afiliados.
                  Aparato"; y los pocos comunistas que todavía
                  quedan les llaman, con mayúsculas, "La Organi-  De esta realidad se han valido muchos tratadistas
                  zación".                                    para decir que el sistema de los partidos es ve-
                                                              tusto, artificial e irrazonable, censurando tam-
                  Señor, hasta antes de la aparición de los partidos  bién el sentido teológico de sus concepciones,
                  de masas, las características de los partidos libe-  como su falta de adaptación a los nuevos tiem-
                  rales y conservadores eran las de ser pequeños  pos, su propensión al espíritu sectario y el aplas-
                  grupos, donde sobresalían las personalidades que  tamiento de toda individualidad. Se les acusa
                  se imponían merced al nacimiento, títulos o ri-  también —y en esto hay mucho de cierto— de
                  quezas. El único objetivo de estos partidos era la  encumbrar en puestos de responsabilidad a per-
                  acción electoral y las combinaciones parlamen-  sonas sin solvencia moral ni responsabilidad téc-
                  tarias, para así compartir y usufructuar el poder.  nica, de descartar soluciones armónicas pensan-
                                                              do en sus intereses, y de considerar botín de gru-
                                                              po los cargos públicos, sin importarles la eficien-
                  En cambio, los partidos de masas, para poder
                  competir y subsistir frente a los partidos del or-  cia del aparato administrativo.
                  den, es decir, los apoyados por bancos, grupos
                  empresariales y alianzas financieras, tuvieron que  Por supuesto, los partidos tienen también un lado
                                                              positivo. Pero quien mejor ha definido esta posi-
                  inventar un arma, que estaría destinada a revo-  ción es un tratadista francés. Él se pregunta, ¿se-
                  lucionar su tiempo y también el del siglo XX. Esta  ría más satisfactorio un régimen sin partidos?,
                  arma fue la organización, lo que significó la crea-  ¿estaría mejor representada la opinión si los can-
                  ción de partidos homogéneos, disciplinados y  didatos se enfrentaran individualmente a los elec-
                  cotizantes.                                 tores?, ¿estaría mejor preservada la libertad si
                                                              los gobiernos no encontraran ante sí mas que a
                  Desde entonces, y hasta ahora, mucha agua ha  individuos aislados? La respuesta —dice a las
                  corrido bajo el puente; pero si en algo se aseme-  interrogantes anteriores— es negativa, "pues un
                  jan los partidos conservadores, liberales, socia-  régimen sin partidos es algo que ya no pertenece
                  listas o comunistas, es que todos, sin excepción  a la legitimidad de nuestro tiempo. Por estas ra-
                  alguna, han planteado y siguen utilizando en la  zones —concluye diciendo—, todo régimen sin
                  práctica métodos oligárquicos para la conserva-  partidos es, necesariamente, un régimen conser-
                  ción del poder.                             vador".

                  Un partido democrático —a veces se omiten es-  De todo esto surge la necesidad de que el Estado
                  tas ideas trascendentales— se nutre de la discu-  intervenga en la vida de los partidos políticos,
                  sión alturada, de la crítica permanente e, inclu-  para regular ciertos aspectos de su organización,
                  so, de la denuncia a los dirigentes venales e inca-  de su funcionamiento y, sobre todo, para asegu-
                  paces. Y, por supuesto, un partido democrático  rar la efectiva vigencia de los principios demo-
                  implica también el respeto irrestricto a la expre-  cráticos. El problema está —y en esto los parti-
                  sión de las ideas.                          dos tienen razón— en que el Estado, con el pre-
                                                              texto de fiscalizarlos, allana el derecho mismo de
                  Sin embargo, no existe un solo partido político  asociación política.
                  en la práctica y en el Perú, que cumpla con los
                  requisitos antedichos; y más bien es todo lo con-  De ahí surge el delicado problema de establecer
                  trario, pues los centros de mando de todos los  la medida de la regulación política, la misma que
                  partidos tratan en todo momento de aumentar  en nuestro criterio debe versar sobre cuatro as-
                  su poder, y si de ellos dependiese, todo se haría  pectos brevísimos: a) Formación y reconocimien-
                  según sus deseos.                           to. b) Organización, funcionamiento y régimen
                                                              patrimonial. c) Establecer un sistema que garan-
                  Pero es tan fuerte en nuestro tiempo la corrien-  tice la democracia interna en los partidos. Y d)
                  te a favor de la legitimidad de la elección, que  De la caducidad y extinción de los partidos.



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