Page 100 - Debate Constitucional 1993 - Tomo I
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era que, una vez terminada la discusión sobre  Esto lo sabe mucho mejor que yo el congresista
                  tales o cuales artículos en una sesión, cada uno  Róger Cáceres, admirado representante del sur
                  de los grupos —no individualmente, sino los re-  del Perú. Por cierto, también Enrique Chirinos,
                  presentantes— hacía las propuestas, observacio-  que es "cuesteño", porque no es ni costeño ni se-
                  nes, críticas o aportes, y luego de ello la Comi-  rrano. Lo mismo Carpio Muñoz y aquellos que,
                  sión, con todos esos aportes, volvía a trabajar y  felizmente, representan al país desde el interior;
                  traía, generalmente a la siguiente sesión, una  país multilingüístico y multicultural que siempre
                  versión que era la aprobada.                choca con el problema legislador de esta Asam-
                                                              blea, que es la heredera de once asambleas ante-
                  Creo que oportunamente tendremos que reca-  riores, desde el siglo XIX.
                  pacitar para escoger un camino mejor, como aquel
                  que se siguió en la Asamblea Constituyente, y  Por ello no me sorprende que se preste atención
                  no inciso por inciso.                       a esto que me parece sustancial e importantísimo:
                                                              el agregado de que nadie podrá ser discriminado
                  En ese sentido, el señor Chirinos tenía razón  por motivo de su origen. Felicito, muy sincera-
                  cuando se opuso. Lo que ocurre es que no había-  mente, que la Comisión haya incluido ese térmi-
                  mos recordado cabalmente todo lo que ocurrió  no.
                  entonces.
                                                              En el aspecto del sexo, Aldous Huxley, un escri-
                  El señor PRESIDENTE.— Gracias, doctor Cá-   tor británico, decía, estudiando el tema de la di-
                  ceres.                                      ferencia entre el hombre y la mujer o sus igual-
                                                              dades en el siglo XX, que había ocurrido un su-
                  Señor Enrique Tord, puede hacer uso de la pala-  ceso: que las mujeres habían ganado en derechos
                  bra.                                        y perdido en privilegios.

                  El señor TORD ROMERO (CD).— Muchas          Es posible que sea así. Es posible que esa afir-
                  gracias, señor Presidente.                  mación llena de sutilezas es la que esté implícita
                                                              dentro de esta conversación. Pero quiero vincu-
                  Soy el primer admirador de las damas y el pri-  lar el hecho del sexo y el problema de las dife-
                  mero en admirar a mis amigas de este Hemici-  rencias entre el hombre y la mujer al problema
                  clo, que tienen, por cierto, unas intervenciones a  nuestro, multicultural y multiétnico; porque
                  veces más brillantes que los varones.       nosotros, que pretendemos hacer una legislación
                                                              que refleje una república criolla —que es de al-
                                                              guna forma repercusión del desarrollo o evolu-
                  Pero, ahora, yendo al punto, quiero subrayar lo  ción sociológico, cultural, económica de Occiden-
                  feliz de la redacción que en principio ha propuesto  te, al cual aparentemente nos sentimos vincula-
                  la Comisión, al menos en un primer aspecto, en  dos—, sin embargo, tenemos sociedades dentro
                  referencia al texto de 1979. Me refiero, con ello,  de nuestro territorio que probablemente no pien-
                  a la inclusión de que no haya discriminación por  sen igual a lo que pensamos hoy con relación a la
                  motivo de origen, debido a que precisamente lo  igualdad entre el hombre y la mujer.
                  que estamos hoy día conversando, que es la Cons-
                  titución renovada, nueva, del país, una vez más  Muy respetable, porque si nosotros somos demó-
                  está implícita en esta discusión: el problema del  cratas, entonces somos respetuosos de las cultu-
                  país real y el país oficial del que hablaba Jorge  ras que no son la nuestra. Muy respetable, por-
                  Basadre, maestro de Enrique Chirinos Soto y  que, desde la época prehispánica, este país está
                  mío. Es decir, somos una República criolla que  conformado por cimientos diversos; si no fuese
                  trata de hacer una legislación para un conjunto  así, no sería el Perú: sería España, sería Italia,
                  de ciudadanos que pretenden fomentar, cimen-  sería Alemania, sería una transmisión de san-
                  tar, realizar y desarrollar una idea de nación.  gres venidas del Viejo Mundo sin ninguna mez-
                  Ideas de nación hay muchas. Una de esas ideas  cla ni coincidencia ni vinculación con las heren-
                  de nación es la que hemos heredado nosotros,  cias del pasado peruano.
                  los que estamos hoy día reunidos aquí.
                                                              Sin embargo, seguimos en la contradicción que
                  Me felicito de que en este país haya al menos  continuará en largo la Constitución —porque
                  esta pequeña palabra que dice que nadie debe  habrá otros capítulos que tratarán repercutiva-
                  ser discriminado por motivo de su origen; una  mente del mismo tema— sobre las diferencias
                  palabra que felizmente salva, desde las primeras  culturales. No hablo ya de las diferencias lega-
                  líneas de la Constitución, lo que a veces no sal-  les, sino culturales.
                  vaban otras constituciones: la realidad profun-
                  da, multirracial y multiétnica de nuestra nación.  En ese sentido, quiero decir que si nosotros nos



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