Page 121 - Padres de la Patria
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facultades que han confiado. Conozcan su extensión natural y el punto preciso
                  en que su voluntad es sustituida en la de sus comisarios.

                  Entra después la Comisión en el territorio de la República, porque la localidad es
                  tan  inherente  a  los  establecimientos  civiles  que,  sin  ella,  es  imposible  prefijar
                  cosa alguna sobre su integridad moral.  Pero la actual guerra y la consideración
                  de que concluida se hará con más exactitud la demarcación, obligan a diferirla
                  para entonces, en que podrán intervenir los Estados limítrofes; en el concepto de
                  que el Perú, desde ahora, sólo desea lo justo. Porque sería una inconsecuencia
                  proclamar, de una parte, principios liberales, queriendo, por otra, investirse con
                  el carácter de conquistador, en un siglo en que las adquisiciones de la fuerza
                  son tan vergonzosas.

                  Más,  si  ha  sido  urgente  indicar  la  demarcación  interior,  guardando  la  razón
                  compuesta de la energía del poder central y de la utilidad local. Los habitantes
                  de  lugares  remotos  en  un  mismo  Estado  son  propiamente  extranjeros  en  su
                  metrópoli,  cuando  rige  una  autoridad  absoluta  que,  por  conveniencia  propia,
                  procura interrumpir las relaciones confiando vastos gobiernos a la merced de un
                  solo  hombre,  para  que  entregados  a  una  quietud  letárgica,  jamás  pueda
                  reanimarse en ellos el principio de la vida política. No así en los países libres en
                  que  debe  prevalecer  la  unión.  Y  ¿cómo  se  conseguirá  ésta  en  un  extendido
                  territorio?  De  ningún  otro  modo  que  dividiéndolo  bajo  un  orden  gradual  y
                  cómodamente,  reducido  en  términos,  que  multiplicándose  los  centros
                  particulares por medio de una línea se forme una cadena, cuyo primer eslabón
                  esté en el centro común de la República. Así se expedirá eficazmente el ejercicio
                  de los derechos políticos de los lugares; todos disfrutarán de una administración
                  activa y cesará ya el descontento en los que, para un pequeño negocio, tienen
                  que  atravesar  grandes  distancias.  Pero  un  pequeño  negocio,  tienen  que
                  atravesar grandes distancias.  Pero aun no es este el lugar de poner a la vista de
                  todas  las  ventajas  que  envuelve  la  división  adoptada.    Baste  decir  que  la
                  denominación de departamento significa hoy lo que antes se llamaba provincia,
                  que este nombre se ha aplicado a lo que se conocía por partido y el de distrito a
                  las secciones en que aquel pueda dividirse, según lo exijan su topografía y la
                  utilidad de sus habitantes.  Logrando también uniformarse el Perú en esta parte
                  con  los  demás  Estados  independientes  de  América.  ¡Ojalá  pudiéramos
                  prescindir  del  clima  y  otras  diferencias  accidentales!  Que  así  tendríamos  la
                  satisfacción de conformarnos perfectamente en todo bajo las instituciones de la
                  libertad, como partimos la desgracia de vivir sujetos a una dominación extraña.

                  La religión es tan necesaria en una ley fundamental, como que sin ella no hay
                  Estado. La misma razón enseña ciertas obligaciones hacia Dios y es justo que
                  reunidos en sociedad los hombres, adquiera el ejercicio de ella un nuevo vínculo
                  que  forme  y  asegure  la  moral  pública.  La  obra  está  en  elegir  la  creencia  que
                  indudablemente consigue las verdades reveladas en concurso de la multiplicidad
                  de sectas que dividen al linaje humano, a fin de que convencida la nación de la
                  verdadera, procure mantenerla en su pureza. Los peruanos, felizmente, profesan
                  la  cristiana,  según  y  como  la  enseña  la  Iglesia  Católica,  Apostólica,  Romana;
                  circunstancia que unida a la posesión en que se halla de su doctrina, exige una
                  constante protección, pero sin separarse de los medios que su Divino Autor tiene




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