Page 119 - Padres de la Patria
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podrá  constituirse.  Teatro  de  especulaciones  rastreras  y  agitado  siempre  por
                  partidos, no es posible reúna ya luz, voluntad general, ni que, por consiguiente,
                  fije  las  bases  de  una  administración  permanente;  porque  los  pueblos  una  vez
                  desengañados,  no  vuelven  a  andar  el  mismo  camino.  Mientras  que,  por  el
                  contrario, advertimos que los afortunados países, en donde se ha encontrado el
                  espíritu  de  la  independencia  con  el  de  la  libertad  bajo  las  garantías  de  la
                  representación  popular,  muy  poco  han  tardado  en  ver  consumada  la  obra  de
                  emancipación y muy breve se ha consolidado en ellos su régimen administrativo.

                  Efectivamente,  entre  tanto  no  se  afirmen  las  leyes  fundamentales,  todo  es
                  precipitación y movimiento en un Estado; más claro, se vive en una especie de
                  anarquía  más  o  menos  pronunciada;  porque  es  condición  indispensable  del
                  orden reconocer ciertos principios fijos de que parta la regularidad en todas las
                  acciones y la precisión de límites en el ejercicio de la autoridad y de los derechos
                  civiles.

                  Tal es la actitud en que debió quedar el Perú al tiempo de su cambiamiento y tal
                  la  exigencia  de  una  ley  fundamental;  lo  que  bien  conocido  por  el  Gobierno
                  Provisorio,  juzgó  necesaria  la  reunión  del  Congreso,  a  cuya  sabiduría  cumple
                  establecer  las  reglar  convenientes  para  afianzar  la  existencia  política  de  los
                  pueblos que representa.  Entre tanto, señor, la Comisión pasa a hacer un breve
                  análisis de su proyecto.

                  No siendo la Constitución de un país otra que el conjunto de las leyes primarias
                  que determinan su forma de gobierno, según los principios del pacto social y de
                  la conveniencia pública, no deberán entrar en su plan otras disposiciones que las
                  que llenen adecuadamente este objeto; de manera que, la organización de esta
                  acta  haya  de  girar  bajo  tal  orden,  que  consignándose  en  ella  los  derechos,
                  obligaciones y facultades respectivas de los ciudadanos y funcionarios del poder
                  nacional, se distribuyan en tantas secciones, cuantas naturalmente resultaren.

                  Así  que  la  Comisión  empieza  formando  la  nación,  o  lo  que  es  lo  mismo,
                  organizando sus primeros elementos. Y supuesta la aptitud nacional, nada más
                  oportuno  que  determinar el gobierno  en  todas  sus  relaciones  y  dependencias,
                  pasando últimamente a prefijar los medios necesarios a su estabilidad, pues que
                  sin  esta,  las  leyes  fundamentales  no  excederían  la  esfera  de  puras  teorías.
                  Está,  pues,  reducida  toda  la  Constitución  a  tres  puntos  capitales,  que,
                  observadas la naturaleza del objeto y la sencillez de las ideas, componen otras
                  tantas partes o secciones, a saber: primera, de la nación; segunda, del gobierno;
                  tercera,  de  los  medios  de  conservarlo;  dando  origen  cada  una  de  ellas  a  los
                  capítulos necesarios, y éstos a sus respectivos artículos.

                  La nación peruana, que importa tanto como todos los peruanos reunidos en una
                  sola  familia  y  que,  por  expresa  voluntad,  se  han  separado  de  la  dominación
                  española,  está  difundida  por  circunstancias  de  localidad  en  fracciones,  que  el
                  antiguo régimen denominaba provincias, sujetas a una cabeza superior, con el
                  título de virrey.  De suerte que, a pesar de las distancias que las separan, uno es
                  su espíritu y uno su interés acerca de derechos que a todos pertenecen, como
                  inspirados por el instinto de la naturaleza y aconsejados por la razón, formando
                  así  reunidos  un  solo  cuerpo  y,  en  él,  una  fuerza  irresistible  a  la  agresión  de



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