Page 21 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
                    Al parecer, Viscardo entiende que las cosas están cambiando para bien
            y en abril de 1788 hace un nuevo intento de obtener permiso para regresar al
            Perú. Junto a otros cuatro exjesuitas desterrados como él en Italia, Viscardo
            escribe el pedido y aventura una proposición novedosa: de ser aceptada su so-
            licitud, «emprendería a su costa la execución de dos proyectos muy útiles a la
            Monarquía [española] y que está pronto a manifestar antes de salir de Italia».
            A pesar de estar en todos los estudios y compilaciones a partir del libro de Mi-
            guel Batllori, esta actitud ha sido poco difundida por autores que quieren ver
            en Viscardo a un ideólogo separatista constante en su pensamiento y trayecto-
            ria. De todas maneras, se ha entendido como producto de la desesperación que
            le provoca el ya para entonces larguísimo exilio (Pacheco Vélez 1975: 34-40).
                    En 1789 le fue denegado el permiso. Es importante precisar que en
            1789 Viscardo estaba distanciado de su opción inglesa pues sus esfuerzos de
            1782-1784 no habían dado resultados positivos para la causa que él ya abra-
            za de independizar su patria del colonialismo español. En realidad, Viscardo
            andaba en buenas relaciones con las autoridades napolitanas en Italia. Una
            noticia no conocida hasta los hallazgos de Merle E. Simmons en 1983, es que
            Viscardo colaboraba en 1790 con el marqués de Silva, cónsul napolitano en
            Liorna (Viscardo 1999, t. I: 49-50, 79).
                    No se conocen los dos proyectos que Viscardo ofrece a las autoridades
            españolas para mejorar las relaciones entre la metrópoli y las colonias para
            hacer de España nuevamente una potencia. Sin embargo, estas dos propuestas
            bien pueden haber sido la base de dos proyectos que presenta posteriormente
            al gobierno inglés, pues mantienen inexplicablemente la orientación proespa-
            ñola ante la perspectiva de que España pueda autoregularse y hasta favorecer a
            los criollos en su política económica y fiscal. En la versión que se conoce y que
            se analizará posteriormente, Inglaterra aparece como la garante del cambio de
            la monarquía española y la beneficiaria de la apertura comercial. En carta de
            septiembre de 1791, Viscardo mismo explica que hacía unos 18 meses presen-
            tó ese proyecto al gobierno español.
                    En mucho, Viscardo adquiere la convicción de que será el comercio
            libre la clave para la transformación profunda de Hispanoamérica y, por con-
            siguiente, del mundo. Y esto pasa por dos tendencias contradictorias que en
            la pluma de Viscardo serán conciliadas gracias a adaptaciones. Una es leal
            a España a través de cambios internos que deshagan lo perjudicial para los
            criollos del reformismo borbónico de décadas anteriores y la ampliación de la



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