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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
autorizada la solemnidad y devocion del corazon de María ¿será lícito presen-
tar sobre nuestros altares para darle culto un corazon que represente el de la
Virgen? A esta tercera pregunta ya respondió anticipadamente el mas fogoso
defensor de dicha festividad, refiriendo que en la arca del Señor se mandaron
colocar para la pública veneración varias nalgas de metal. ¿Es posible que un
sacerdote, cuyo nombre perdono, que lee ó debe leer con atención y devocion
la biblia, haya proferido tan descomunal absurdo? Esas figuras que él llama
nalgas, fuéron representativas del ano, sitio en que fuéron atormentados los
filisteos. Estos por dictámen pedido á sus sacerdotes, las colocáron en una
caxita, no dentro, sino fuera y al lado de la arca, quando la pusiéron sobre el
carro que hiciéron tirar por dos vacas recien paridas, para satisfacer al Dios
de Israel ofendido. Pero dexemos la respuesta de este crítico, que mas parece
cuento ideado para divertirse á costa agena, que hecho verdadero, testificado
por hombres veraces. Ahora solicito que los devotos de esta festividad me
digan y prueben, si en los 17 siglos anteriores ha conocido y admitido el rito
eclesiástico fiesta del corazon de algún santo; porque no habiendo exemplar
semejante, pronunciaré según los principios de S. Bernardo, que esta fiesta es
por eso mismo supersticiosa. La razón tampoco la aprueba, pues la mira como
superflua é inútil para darle el culto debido á la santísima Virgen, á cuya per-
sona debe dirigirse en derechura: y los devotos que deben estar instruidos en
la vida de tan privilegiada señora, madre de Dios y nuestra, encontrarán pasos
que exciten los diferentes afectos de su devocion.
Entre tanto que responden á mis preguntas, sigo mi camino. Las expe-
riencias y observaciones de lo pasado y presente nos enseñan las precauciones
que debemos tener contra los abusos y desreglos en materia de culto ó vene-
ración de santos. Es pues de temerse que multiplicadas las festividades nuevas
de la Virgen, se aumenten y fortifiquen las supersticiones; ya hemos visto lo
acontecido en las edades anteriores, y no es menos verdad que en la práctica
presente de las admitidas y autorizadas existen muchas que notan los sabios
como abusos que deben corregirse. Es muy común en el pueblo atribuir á los
santos, y en particular á María santísima, facultades que esencialmente co-
rresponden á Dios, como también es común rendir ciertos honores exteriores
á la Virgen, que disminuyen el culto debido á Jesucristo. Al oírlos, cada uno,
según la advocación que ha elegido, cree que la santa Virgen María es árbitra
absoluta de quanto pasa en el cielo y en la tierra, así en lo natural como en lo
sobrenatural.
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