Page 149 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
P. 149

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
            sea injuriado. Nuestro célebre y docto marques de Mondejar, no temió des-
            nichar á S. Hierotéo patrón de Segovia, probando invenciblemente que este
            era un santo de nueva fábrica. ¿Quántos otros hechos de esta naturaleza no
            combatió el intrépido teólogo Launoy? Y ¿por qué se han de amar la fábulas,
            por qué se han de sostener devociones indiscretas y superfluas? Así que, yo ni
            disminuyo la gloria de la Virgen madre de Dios, ni injurio al colegio con mi
            opinión de ser vana y superflua la devoción del corazon de María. Y el devoto
            que me atribuye siniestras intenciones, y cree al noble cuerpo de abogados
            desnudo del amor á la verdad, y de la pureza de la religión, debe sufrir la nota
            de hombre maligno, cuya calidad perversa está mas al descubierto en la cláu-
            sula insignificante y de batiburrillo, que dice: y aunque irrisoriamente cita U.
            la lengua de S. Juan Nepomuceno, por dirigir la puntería al blanco que nadie
            ignora, estoy cierto que no llegará este lance. ¿Quién es este blanco: es el res-
            petable, y por muchos títulos amable devoto de S. Juan Nepomuceno? Y ¿quál
            es el tiro disparado contra su persona ó su devocion? Quando se introduxo
            la del corazon de Jesús, todos vimos corazones de metal y de madera en los
            altares, y aun de piedra ó yeso, como hasta hoy se ve en la portada de la iglesia
            en los huérfanos. Esta especie me traxo á la memoria la milagrosa lengua del
            santo mártir del secreto sacramental: y atendiendo á la rapidez ingeniosa de la
            imaginación mística de los devotos, aunque el progreso de las supersticiones
            en esta materia, llegase a los extremos que indiqué, que aun así no serían tan
            absurda como hay infinitos increíbles, si no estuvieran testificados auténtica-
            mente. S. Bernardo en su celebrada carta 147 de que ya hemos hablado, im-
            pugnando la introducción de la festividad de concepción en la iglesia de León,
            dice: que ella abriría el camino para otras festividades de los ascendientes de
            la Virgen santísima.
                    Y despues de esto ¿se creería que este devoto sea verdadero devoto
            de la Virgen santísima? Las devociones son para hacernos perfectos con la
            imitación de las virtudes que sobresalen en los santos que escogemos por mo-
            delo. Ninguna perfección es asequible sin el cimiento de la práctica de la ley
            de Dios, que toda se reduce á su amor y al del próximo; ¿y ama al próximo
            quien tan atrozmente le calumnia? ¿Dominará en su corazon la caridad, ó se
            encontrará un solo grado de ella en quien sin motivo me califica tan negra y
            atrozmente. El ex-jesuita oratoriano me trata de libertino y blasfemo, y el de-
            voto de María me dice que soy un impio. Este no es zelo religioso, sino furor y
            demencia.



                                               148
   144   145   146   147   148   149   150   151   152   153   154