Page 146 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen  1
                                                   Debate sobre la devoción del Corazón María Santísima
            libro destinado á las alabanzas de Dios, al estudio del clero, y al fomento de
            su piedad. El franciscano Fr. Fortunato de Brescia indicó en su disertación de
            las qualidades de los cuerpos, á la pág. 237 y siguientes, varios hechos falsos,
            entre ellos la atroz calumnia que contienen las lecciones del oficio de S. Mar-
            celino, inventada por los donatistas para desacreditar á ese ilustre mártir, acu-
            sándolo de idolatría. No solo hay hechos falsos, sino también falsas doctrinas,
            como es esta de que la primera sede no se juzga por ninguno, sacada de las
            actas del supuesto concilio de Sinuenza, que contienen la caída y penitencia de
            S. Marcelino, principalmente si esa máxima se aplica al caso de la caída de ese
            santo pontífice, que según el capitulo Si Papa, y confesion ingenua de los ultra-
            montanos, dexó S. Marcelino de ser papa. Las lecciones de S. Gregorio VII no
            se admitieron en Francia, y las razones las expone eruditamente el portugués
            Pereyra en su disertación De gestis Gregorii VII á saber: que la curia romana
            cuidó de consagrar monumentos á sus preensiones con perjuicio de las sobe-
            ranías temporales, contra las que clamo desacertada é ilegalmente aquel santo
            pontífice, porque desde luego creyó, según las máximas de ese siglo, obrar en
            justicia. Añadiré la observación que me comunicó un amigo: en el himno de
            laudes del rezo de los 7 dolores de la bienaventurada Virgen, que está entre
            los oficios ad libitum, se dice: Nobis salutem conferant Deiparae tot lacrimae,
            quibus lavare sufficis totius orbis crimina. El atribuir la salud del alma, que solo
            es propio de la divinidad, á las lágrimas de la Virgen, es en su sentido obvio
            un error teológico, como también en los dos versos que siguen; quibus lavare
            sufficis etc. porque lavar los pecados del mundo solo toca y pertenece á la
            sangre de nuestro Redentor. Ya que ocurren las lágrimas de la Virgen, referiré
            el juicio que forma Juan Bautista Tiers del himno stabat juxta crucem, quien
            siguiendo á S. Ambrosio, asegura que la Virgen no lloró. Stantem illam lego,
            flentem non lego, dice este santo padre, quien la pinta, que superior á su sexo y
            á las irresistibles leyes comunes de la naturaleza, se mantuvo al pie de la cruz
            parada é imperturbable, al mismo tiempo que huian los hombres. Concluiré
            este punto refiriéndome al docto tratado que escribió el Illmo. Sr. Corro en
            orden á la fe histórica del breviario romano.
                    Esta digresión no debe calificarse de inoportuna, pues por lo poco que
            se ha expuesto, se verá que no siempre basta para aquietarse en un punto
            controvertido el que se citen bulas, breviarios, misales, setenas, etc. Oficios
            hay que se han quitado de los breviarios, y muchos misales contienen misas
            que no se hallan en los [ilegible] y suficientemente autorizada la devocion del



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