Page 101 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Huánuco de 1812
Se precisan, en forma enumerativa, una serie de imputaciones y recla-
mos, entre los cuales destacan las mentadas expoliaciones de los Subdelegados
y sus dependientes consistentes en mitas, avíos y otras pensiones, los crecidos
repartos de especies y mulas y los métodos coercitivos empleados en la co-
branza. Señalan también las restricciones comerciales impuestas a los vecinos
que comerciaban con los indios, en especial con los de Panao y el monopolio
interno comercial. Para centralizar ese giro, las autoridades provinciales dicta-
ban bandos prohibiendo sacar los frutos naturales que luego acaparaban para
venderlos en el momento de la escasez a muy alzados precios. Los vecinos de
Huánuco se veían así impedidos en sus antiguos comercios con los pueblos
indios y perdían los «empréstitos o fiados» que tenían con ellos. En el mismo
manifiesto indican que en Enero de 1812, con ocasión de la llegada del correo
de Lima, se anunció que venían órdenes rigurosas contra los que sembrasen,
beneficiasen o guardasen tabacos en mazo u hoja, intimándolos con el secues-
tro de sus personas y bienes y registrándose las casas, chácaras y haciendas.
Como prueba, presentan el hecho de que durante los saqueos sólo se encontró
gran cantidad de tabaco en casa del valido del Subdelegado de Panataguas y
que ese tabaco, bastardo y no del estanco, lo vendían los muchachos a los in-
dios a un real el mazo. Las Vistas Fiscales se refieren también a esos excesos y
confrontan la realidad provincial y el inveterado incumplimiento de las leyes,
más ostensible dadas las circunstancias que afectaban a la Metrópoli.
Si bien estas motivaciones económicas eran en parte comunes a los
indios, afectaban mucho más a los comerciantes huanuqueños, los cuales se
veían obligados a vender al por menor y aún se les impedía ese giro. Los per-
judicaba grandemente el monopolio, con la consiguiente prohibición de salida
de los productos del interior al Cerro o Huánuco que eran los centros de gran
consumo. En el fondo quizá si asomaba la competencia de esa incipiente bur-
guesía y su pugna por acaparar a su vez el comercio de la Provincia, al igual
que el grupo limeño.
Por otra parte, si bien se percibe los resortes económicos que movie-
ron a los indios alentados por los criollos, se verifica también que tenían sus
propias motivaciones y proyecciones ocultas, como cuando sostienen que la
tierra es suya y sueñan con la restauración incásica y dejar en la tierra sólo a
los mixtos y a los indios. Se quejan, a su vez, de los patrones dueños de hacien-
das que emplean sirvientes indios y someten a los peones a trabajos forzados.
El dueño de la hacienda de Acobamba, que era criollo y no europeo, declara
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