Page 362 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                                                Lección sobre la ley 39 de Pánfilo
            testador fuera, además, liberal con ellos. El prejuicio se toma de la calidad de
            la persona. Los publícanos fueron detestados por los antiguos, para quienes
            se mostraban crueles con los pobres deudores fiscales, a causa de su voraci-
            dad, rapiñas y violencias. Dime qué es peor que el publicano? (Dice el divino
            CRISOSTOMO en su libro de Poenitentia Achab) Ministro y negociador de
            las desgracias ajenas, se beneficia de los trabajos de los demás y, no siendo
            partícipe de los sudores, percibe el lucro del trabajo ajeno. Y no menos elegan-
            temente expone esto S. Lorenzo, obispo de Milán cuyas palabras son citadas
            por FRANCISCO JURADO en Notas misceláneas a SYMMACO.  Estas son:
                                                                          111
            Qué es un publicano? Ladrón sin pudor, agente de exterminio. Acaso no es
            cabeza de rapiña y ley de violencia? No es más fiero el publicano que los la-
            drones? El ladrón roba temiendo, éste, sin embargo, delinque confiadamente.
            El ladrón teme las cadenas de la ley, éste estima la ley, haga lo que haga. La ley
            aparta al ladrón de los actos ilícitos, éste aplica la ley al inicuo compendio de
            su malicia. Hay alguien más nefasto que éste, que daña la justicia con palabras
            de justicia, despoja, hiere y mata inocentes con las armas de la inocencia? De
            tal manera que con la ley pervierte a la ley y, mientras urge a la ley, está fuera
            de ella». Pero para qué insistimos en testimonios extraños cuando ya el mismo
            ULPIANO había dicho:  «Cuánto de audacia, cuánto de temeridad tienen
                                   112
            las acciones de los publícanos, nadie lo sabe. Por esta razón, para contener su
            audacia un pretor propuso este edicto». Es también piadosa y elegante la No-
            vela  del emperador MAYORIANO donde con las mismas palabras muestra
                113
            su rechazo a estos severísimos hombres. Se cree con razón que el testador no
            tuviera ninguna simpatía por el publicano.
                    JULIO PAULO en su singular libro sobre la asignación de los libertos
            dijo:  «Si alguien así legara: a mi mujer doy y lego las joyas y vestidos que pre-
                 114
            paré por su causa: agrada que todas las cosas estén destinadas, como cuando se
            lee así: a Titio doy y lego los vinos que tengo en la ciudad o en, el puerto (todas
            las cosas han sido destinadas); esta palabra “seu” pues, es colocada para ampliar
            el legado testamentario». Preside nuestro DIEGO DE COVARRUBIAS (nom-
            bre siempre sagrado en las operaciones del derecho, haciendo mías las pala-
            bras de la obra del eminentísimo GERARDO ENNETO DE FRANCKENAV,
                                                                                    115
            ____________
            111. Lib. 5. Epist. 62.
            112. Lib. 38. ad Edictum in leg. 12. Dig. De Publican.
            113. Tit. 4. de Indulgentiis reliquorum
            114. In leg. 30. Dig. de Auro, Argento, Mundo, et. Cet.


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