Page 196 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
P. 196
Volumen 1
Repercuciones del «Elogio»
No quiero detenerme más en la censura de estos atrevidos pasajes;
ellos van a la de vuestra excelencia con otros muchos de que abunda escan-
dalosamente este papel; y paso a los en que habla sacrilegamente contra los
administradores de donde se halla bien al vivo el retrato del de esta aduana.
Abra vuestra excelencia este impreso por el folio 70 al 72 y registrará
en las primeras líneas del último, llamado cuasi por su nombre a don Joaquín
José de Arrese. Este ministro que quisiera que conociese vuestra excelencia en
persona y de trato para admirar su celo, su rectitud, su honor, su desinterés,
su paciencia y, agrado para el empleo que sirve; fue aquí comerciante y por
esta calidad, cónsul y después diputado del comercio, para ajustar con la real
hacienda el cabezón de alcabalas de reventas.
Por el mal servicio que tenía esta aduana le nombré yo administrador
según tengo informado a su majestad, en carta número 162 cuya elección fue
aquí muy aplaudida y de estas calidades sacará vuestra excelencia que aquellas
palabras «empleado infiel y culpable, prevaricador de su destino», están seña-
lándole como con el dedo y haciendo una negra injusticia a su honrada con-
ducta, como lo manifestaré despues, demostrando ahora que éste es un papel
seductivo y feroz, no sólo por lo apuntado, que es harto terrible, sino por lo
que iré apuntando.
Sobre este folio pone una nota el orador en que habla a voz expresa de
mí y soy tan poco confiado de su alabanza, por el modo y los sentidos en que
puede usar del dicho Veleyo Patérculo (fuera de mi desproporción con el perso-
naje de que habló éste), que jamás se la agradeceré, ni sospecharé que logre po-
ner de su voto, no siendo bueno, a todos los que le oigan, le lean y me conozcan.
He procurado traer siempre en buen significado mi conducta y así me
cogen tan frío las inversiones del sentido que tengan las palabras que cita, que
si tienen otro que el natural no me comprenden; y tomadas en su letra pura
me hace mucho más honor que el que deseo que me haga, y por esto opino
que no habló de mí en el pasaje que cita de las Cartas persianas en su nota 27
y que si habló fue contradiciéndose en ésta.
Desahogado el encono concebido erróneamente contra el que llama
culpable prevaricador de su destino como si estas tres voces significasen en
el caso lo que quiere el papel que signifiquen, suplico a vuestra excelencia
que volviendo a la primera cita, que es el folio 70, repare lo que trae allí sobre
las declaraciones juradas que se suelen pedir en las aduanas para hacer más
raros los fraudes. Yo y todos deseáramos que la fe del hombre o del traficante
195