Page 177 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
refutación. En efecto, yo no he notado ni comprendido otras novedades en el
actual ministro que la respectiva a la administración de justicia y Real Hacien-
da, en la primera por razón de los regentes y nuevas plazas que hay acrecenta-
das en los majestuosos cuerpos de las Reales Audiencias y en la segunda por
causa de los intendentes, a quienes se les ha dado la superintendencia sobre
todos sus ramos y tribunales. Pues por lo que mira al gobierno y su inspec-
ción, en todo lo que concierne al bien del estado y arreglo de su policía, no se
ha innovado cosa alguna.
[137] Mas, ¿quién será capaz de considerar, en el primero, perjuicio
alguno al bien de la justicia y del estado, que haga odiosa semejante provi-
dencia? Un tribunal donde, por último, resulte el examen en las cosas de los
particulares y se haga observar los fueros de público y privado es, según el uso
y concepto de las naciones civilizadas, no sólo útil, sino necesario para la recta
administración de la justicia. Pero este cuerpo debe tener una cabeza que sea
como el alma que lo vivifique y que arregle y dirija sus operaciones, porque
si la persona que está a su frente ignora la ciencia del derecho y los miem-
bros que no son bastantes para llenar las funciones de su cargo, nunca podrá
aquélla imprimir en éstos los movimientos proporcionados a sus fines, ni por
consiguiente jamás se verá evacuado el grande objeto de su constitución.
[138] Por eso, sin duda, el sabio ministro que veía la Audiencia de
estos Reinos sin un presidente instruido en la ciencia legal, y sin miembros
bastantes para comprender y expedir la multitud de causas y negocios de sus
resortes, subrogó su presidencia en los regentes que, por su teoría y prácti-
ca, podrían dirigir sus respectivos cuerpos, y aumentó sus ministros hasta el
número que graduó por suficiente para los muchos objetos de su atención.
Desde luego le pareció que, por celoso que fuese un presidente de la recta
administración de justicia, nunca podría ni arreglar el orden de sus procesos
ni suprimir los abusos en sus cuerpos, si siendo por una parte ignorante de la
ciencia de las leyes y de los trámites y ápices del derecho, se hallaba, por otra
parte, embarazado con los importantes asuntos del gobierno militar y político.
[139] Y por tanto, para ocurrir a un defecto que frustraba el fin pri-
mario de la institución de semejantes tribunales, puso a su cabeza personas
que, instruidas por su misma profesión de los medios y conocimientos más
conducentes, se hallaban desembarazadas de los objetos que pudieran preocu-
par su atención, y completó su cuerpo con los miembros que faltaban y eran
necesarios para la operación de sus funciones.
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