Page 153 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
deseperación del súbdito, para exigir de ella los generosos esfuerzos de su obe-
diencia, los tristes dones de su pobreza y los últimos socorros de su celo. En
la nota del margen releva esta odiosa pintura que hace del gabinete y tarea del
ministerio, con las palabras que adapta de la representación que hizo a Luis
XV el Parlamento de Tolosa, y son las siguientes: Señor, si vuestra vista se
extendiera a estas moradas infelices, de donde día y noche se dirigen al trono
tantos clamores de dolor y ternura: si contemplarais estas tierras, naturalmen-
te fecundas, desiertas de labradores, trabajadas con languidez, sembradas en
lágrimas y cosechadas en la aflicción, este espectáculo os enterneciera y os
haría perdonar a pueblos tan generosos los esfuerzos de su celo, los dones de
su pobreza.
[79] En la página 70 descubre mejor el objeto de su invectiva: El nego-
ciante, dice, corre gozoso al puerto, se aparta de los suyos, desplega las velas,
expone al inconstante océano su salud, su vida y su fortuna, porque lo alienta
el alegre recuerdo que, tocando a la playa, no se unirá a la pasada zozobra la
insidiosa molestia de las continuas declaraciones y juramentos, que sólo le
descubren la desconfianza que deja su honor y su palabra. Y prosigue: Este so-
plo vivificante del comercio que agita a la industria..., no desmayará estancado
por los fingidos estorbos y embarazos de un empleado infiel que, culpable
prevaricador de su destino, detiene e impide por capricho o sórdido interés la
concurrencia del efecto y mercancía.
[80] No es, pues, dudable que la quimera e ilusión de este nuestro
tiempo, según el orador, son los establecimientos del comercio, aduana y es-
tanco de algunos efectos que, contra el voto de todos se representan como
útiles a la sociedad por aquel corto número de personas que entienden en
su administración, o por aquella sola que, en su concepto, piensa y ve mejor
que todos los ciudadanos juntos; y que esta figurada pública utilidad es el
engañoso pretexto con que se cubre la tiranía que se ejercita en la exacción
de aquellos derechos. Pues, fuera de que en el actual ministerio no se han
establecido otros, las expresiones, así de la insidiosa molestia de las continuas
declaraciones y juramentos que sucede en el negociante a la pasada zozobra de
los peligros e incomodidades del comercio, como del estanco y desmayo que
su vivificante soplo experimenta con los fingidos estorbos y embarazos que le
oponen los infelices empleados, señalan, como con el dedo, los ya especificados
objetos, siendo, sobre todo, digna de notarse la impavidez con que acrimina
al administrador de la Aduana de Lima, sujeto de una notoria e incorruptible
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