Page 152 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
P. 152
Volumen 1
Reflexiones por Juan Baltasar Maciel sobre el «Elogio» de Baquíjano
CAPITULO 2°
REFUTACION DE LAS OBJECIONES TOMADAS DE LASNUEVAS IMPOSICIONES DE ADUANA
Y DE ESTANCO DEL TABACO Y NAIPES
SECCION PRIMERA
Proponiéndose los rasgos dirigidos contra los expresados establecimientos
[78] Aunque el orador no se explicó en este punto con la específica cla-
ridad que en el antecedente, nadie puede dudar que éste y no otro fue el blanco
de sus declamaciones. Nótense estas expresiones de la pág. 65: Por ellos (esto
es por los rigores) no extenderá V. E. (habla de aquel aquel virrey), bajo su
apacible y suave gobierno, las lágrimas, el disgusto y desconsuelo. Su grande
alma contempla que el bien mismo deja de serlo, si se establece y funda contra
el voto y opinión del público: que cada siglo tiene sus quimeras y sus ilusiones,
desdeñadas por la posteridad, disipadas por el tiempo, y que esta luz brillante
ha convencido que mejorar al hombre contra su voluntad, ha sido siempre
él engañoso pretexto de la tiranía. En la nota 33 y 34 del margen se declara
más este concepto: Lo que excita la reclamación universal, dice la primera, no
puede tener por objeto la felicidad pública. No se puede razonablemente creer
que los principales personajes del estado, que todos los tribunales de vuestro
reino, que la nación entera se ciegue sobre sus verdaderos intereses, y que un
corto número de personas, una sola puede ser, vea y piense mejor que todos
los ciudadanos juntos. (Representación del Tribunal de Cuentas de Norman-
día, hecha a Luis XV, el 19 de abril de 1771). Y la segunda: De todos los que
han desolado la tierra, no hay uno, que si le creyésemos, no intentase hacer
su felicidad. Desconfiaos de todo el que pretende hacer los hombres más di-
chosos de lo que quieren serlo; es la quimera de los usurpadores, y el pretexto
de los tiranos. (Enciclopedia-artículo GLORIA). La felicidad y desahogo del
vasallo es el específico precioso, el óleo favorable que allana, asegura y facilita
el áspero mecanismo del imperio. Que nuestro soberano no tiene que temer
abuse aquel virrey de su sagrado nombre para esparcir la consternación y los
gemidos, y que no se verá esa extraordinaria repetición de órdenes y decre-
tos, que vacilantes entre las desigualdades y precipicios de su escabrosa basa,
sólo sirven de fomentar el descontento. Y prosigue en la página siguiente: No
se registrará V. E. en un orgullo gabinete calculando fríamente la miseria y
151