Page 117 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
            obediencia, sin la cual perecen los ejércitos.  El reino respira, pues su honor y
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            defensa no estriba, ni se apoya en esas presurosas y forzadas levas, en que el peli-
            gro convoca, la estrechez recibe sin examen, o la autoridad violenta con rigores.
                    [27] Por ellos no extenderá V. E. bajo su apacible y suave gobierno las
            lágrimas el disgusto, y desconsuelo. Su grande alma contempla que el bien
            mismo deja de serlo, si se establece y funda contra el voto y opinión del pú-
            blico;  que cada siglo tiene sus quimeras y sus ilusiones, desdeñadas por la
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            posteridad, disipadas por el tiempo, y que esta luz brillante ha convencido que
            mejorar al hombre contra su voluntad ha sido siempre el engaño pretexto de la
            tiranía;  que el pueblo es un resorte, que forzado más de lo que sufre su elas-
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            ticidad, revienta destrozando la mano imprudente que lo oprime y sujeta. 35
            Sabe V. E. que la primer obligación del buen gobernador es hacer amable la
            autoridad del príncipe a quien representa:  que la felicidad y desahogo del va-
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            sallo es el específico precioso, el óleo favorable, que allana, asegura, y facilita el
            áspero mecanismo del imperio.  No: el mas equitativo el mas dulce de todos
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            los monarcas, el gran Carlos III no tiene que temer abuse V. E. de su sagrado
            nombre para esparcir la consternación y los gemidos. No se verá esa extraor-
            dinaria repetición de órdenes y decretos que vacilantes entre las desigualdades

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            32. Qui paupertatem timet, timendus est. Sen De Morib [Nota del autor].
            33. Lo que excita la reclamación universal, no puede tener por objeto la felicidad pública. No
            se puede razonablemente creer que las principales personas del estado, que todos los tribu-
            nales de vuestro reino, que la nación entera se ciegue sobre sus verdaderos intereses, y que un
            corto número de personas, una sola puede ser, vea y piense mejor que todos los ciudadanos
            juntos. Representación del Tribunal de Cuentas de Normandía hecha a Luis XV, el 19 de Abril
            de 1771 [Nota del autor].
            34. De todos los que han desolado la tierra, no hay uno, que si le creyésemos, no intentase ha-
            cer su felicidad. Desconfiaos de todo el que pretende hacer a los hombres más dichosos de lo
            que quieren serlo; es la quimera de los usurpadores y el pretexto de los tiranos. Enciclopedia.
            Artículo Gloria [Nota del autor].
            35. Esos falsos políticos no advierten, que con tales principios, un estado es como un resorte a
            quien se fuerza a obrar sobre sí mismo, el que llegando al punto en que finaliza su elasticidad,
            se rompe de un golpe, lastimando la mano que lo comprime. Raynal, Histoire Philosophique,
            tomo 3, Lib. 9, pág. 559 [Nota del autor].
            36. Cuando una provincia (de la China) se queja del mandarín que la gobierna, se le despoja
            sin examen, y se le entrega a un tribunal para que los castigue si es culpable; pero aunque sea
            inocente no se le restituye a su dignidad. Es un delito haber desagradado al pueblo, y así se le
            trata como a un director ignorante que priva al padre del amor de sus hijos. Raynal, ibídem
            tom. I. Lib. I. pág. 139 [Nota del autor].
            37. El príncipe que posee el corazón de los vasallos, no tiene que temer le falten riquezas, ni
            recursos. Esfuerzos del Patriotismo, Pág. 29. Y Jenophonte en la Cyropedia lib. 7, dice: Opti-
            ma Principum custodia eorum virtus, el subditorum benevolencia [Nota del autor].


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