Page 119 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
            los suyos, desplega las velas, expone al inconstante océano su salud, su viuda
            y su fortuna, porque lo alienta el alegre recuerdo que tocando a la playa no se
            unirá a la pasada zozobra la insidiosa molestia de las continuas declaraciones
            y juramentos, que sólo le descubren la desconfianza que deja su honor, y su
            palabra.  Ese soplo vivificante del comercio, que agita a la industria, protege
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            las artes, obliga a los peñascos a que le tributen sus riquezas,  y atraviesa con
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            rapidez del polo al Trópico, de una zona a la otra para formar la comunicación
            de todas la naciones,  no desmayará estancado por los fingidos estorbos y
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            embarazos de un empleado infiel, que culpable prevaricador de su destino,
            detiene e impide por capricho, o sórdido interés, la concurrencia del efecto
            y mercancía. Temblarán esos criminales subalternos, pues el delito, el vicio,
            y desarreglo, no encontrará protección que lo ensoberbezca, ni impunidad
            que lo disimule. Así todo prospera:  se aumenta y se solida la patria, pues el
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            soldado intrépido se expone en su defensa, sin que lo marchite el triste pen-
            samiento que su sangre fabrica cadenas y prisiones para sus descendientes. El
            ciudadano no le niega a los campos el cultivo, ni escasea los riegos,  pues no
                                                                             45
            le atemoriza la perspectiva lúgubre de una vejez sepultada en los asilos de la
            mendicidad. El soberano premiando á V. E. con el título de teniente general
            de sus reales ejércitos, y fiando a su cuidado el gobierno importante del Perú,
            da a conocer que aprueba y ratifica esa esclarecida conducta, que fomentando
            las artes las letras, y las ciencias, asegura por ellas los derechos verdaderos del
            trono, y los recomendables intereses del cetro y la corona.
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                    [28] Si el tiempo no me violentara para que concluyese, si instruido en el
            divino don de la palabra correspondiese mi expresión a mi deseo, cátedra ilustre
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            41. El señor Linguet hablando de los ingleses dice: Ellos también sufren como nosotros esas
            preguntas vergonzosas, que no los dispensan de un registro incómodo, ni de esa necesidad
            de hacer declaraciones, que solo se exigen de la buena fe del pasajero para mostrarle la poca
            confianza que se tiene de ella. Tratado del mas feliz Gobierno part. 2. cap. 5 [Nota del autor].
            42. … Itum est in uiscera terrae, Quasque recondiderat, stygiisque admouerat umbris, Effo-
            diuntur opes. Naso de Inuent. Aurifodinae [Nota del autor].
            43. Impiger extremos currit Mercator ad Indos, Per mare pauperiem fugiens, per saxa, per
            ignes. Horat. lib. I. epist. I [Nota del autor]
            44. Estos son los ardientes deseos de nuestro soberano, hacer la prosperidad de sus reinos y
            formar la felicidad de estos distantes dominios. Con este noble fin vemos en el día establecida
            una Visita general confiada al Señor D. José Antonio Areche, a quien puede aplicarse con jus-
            ticia la expresión con que Veleyo Paterculo caracterizaba a un ilustre de los pasados tiempos:
            Vir togae dotibus eminentissimus saeculi sui [Nota del autor].
            45. Una de las mayores calamidades que puede sobrevenir a una monarquía, es el abandono
            de la agricultura. Todo lo que pierde el cultivador lo pierde el príncipe: la prosperidad del
            soberano pende de la del labrador, dice Valentíniano III, en su Edicto [Nota del autor].


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