Page 116 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                        Elogio al virrey Jaúregui por Baquíjano en la universidad de San Marcos
            tu conquista: doma y encadena la rabia y el esfuerzo, con que el príncipe in-
            feliz de las tinieblas pretende desposeerte del imperio que vas estableciendo.
            Graba el nombre de Jauregui en tus gloriosos fastos, pues por la paz con que
            humaniza y domestica al infiel indio, te fecunda y aumentas en Arique, Tolten,
            Niebla, y Ríonuevo.
                    [26] Las virtudes se auxilian, no se oponen. El respeto de Africa, el
            restaurador de Guantánamo, el terror de Roatan, no elevará el augusto y mag-
            nífico altar de la unión y concordia, sobre los débiles y abatidos fundamentos
            del abandono y la necesidad. Una paz afianzada en el ruego y la súplica, le-
            jos de asegurar el reposo y la tranquilidad, excita y conmueve a la turbación
            y desorden. No se venera lo que no se teme, ni se ama lo que se desprecia.
            La gloria no corona ni aplaude esa cesión violenta y forzada, que envilece y
            deslustra al mando y al poder por la culpable imposibilidad de defenderlos.
            Cuando nada tienta halaga, ni exalta, porque todo sujeta, doblega, y humilla,
            es fácil continuar en la moderación y humanidad que principia y persuade la
            flaqueza. Distante de V. E. aquesta idea. La capital de Chile ve formarse tres
            regimientos, que atestiguan y convencen que la dulzura y la afabilidad detie-
            nen el destrozo y devastación; pero que ésta sabrá extender el escarmiento, el
            castigo, y la pena, al primer insulto de los enemigos.  Serán rechazados dan-
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            do el orden, el método y la regla al acero, y al fuego la acción más homicida.
            La disciplina militar, esclarecida en sus principios, adiestra en esa rapidez de
            evoluciones la celeridad de movimientos, que ataca con ventajas, supera al
            número, e impenetrable en batallones espesos, persuade que el valor sin las
            luces en solo un ardor de la sangre y del temperamento, que parece y sucumbe
            entre la confusión, que esparce el fusil, la bayoneta y pólvora manejada con
            arte.  El frecuente ejercicio estorba se enerve, enflaquezca, y debilite ese vigor
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            marcial, que acostumbrado a adormecerse en la paz y sosiego, se rinde en la
            ocasión, sin más contrario que las incomodidades de la guerra, las fatigas del
            campo, y la lentitud de los sucesos.  El aumento de sueldos extendidos por V.
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            E. a la tropa que guarnece la frontera, evita que el soldado elija los vergonzo-
            sos recursos con que la escasez se deshonra, destruyendo la subordinación y
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            29. Certum numerum militum conscriptum ali necesse est, qui semperad quosuis ímpetus
            hostium excipiendos parati sunt, et expediti. Herod. Lib. 7 de decem millibus Persarum, qui
            immortales dicti sunt [Nota del autor].
            30. Vis expers conciíii mole ruit sua. Horat [Nota del autor].
            31. Exercitus labore proficit, otio consenecit. Veget. Lib. 3, cap. 26 [Nota del autor].



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