Page 113 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
P. 113

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
            trabajando, y nunca poseyendo; una familia hambrienta, que aborrece, detesta
            la vida y existencia, y no espera por gracia ni el fúnebre consuelo del sepul-
            cro.  Este retrato falso y criminal subyuga y sorprende los ánimos, ciegos por
                20
            el engaño, prevenidos por la ilusión. A su vista claman; perezcan los tiranos,
            su destrucción honre nuestra muerte. Ella se acompañe con el lamento y so-
            llozo de los enemigos, no con la risa e insulto de los opresores. Esa culpable
            y delincuente voz es señal del desorden. La sedición principia. El bárbaro so-
            licita apoyos al delito: ruega, alucina, promete, e intimida. El pueblo incons-
            tante y vario se le acerca. El monstruo se burla de la religión, y sus ministros;
            no respeta al príncipe, ni al que lo representa con un solo golpe atraviesa al
            joven, y en sus brazos al viejo venerable. El hermano, el esposo, la modesta
            virgen, expirantes por la execrable mano del rebelde, el encono lisonjeando a
            la atrocidad con el inhumano placer de aumentar sus horrores; tal es el trágico
            espectáculo que V. E. descubre en los primeros pasos del gobierno.
                    [23] ¿Mas de qué modo serena V.E. la inquietud, ahuyenta la conster-
            nación, y fuerza a la ferocidad? La sangrienta política aconseja que el ultraje
            ha de tener término, pero no su castigo; que el perdón autoriza la ofensa, que
            es flaqueza ceder a la piedad. Se complace viendo al indio abatido luchar con
            los horrores de su suerte, e implorar el cuchillo por fin de sus tormentos. Pero
            V. E. desprecia esos partidos.  Prudente considera que la vida del ciudadano
                                        21
            es siempre preciosa y respetable:  que destruir a los hombres no es ganancia,
                                           22
            ni aquella paz apreciable a que debe aspirar la guerra, el combate, y la victo-
            ria,  que las pérdidas igualan y equilibran vencedor, y vencido;  que las armas
                                                                        24
               23
            que sólo rinde el miedo, en secreto se afilan, brillan y esclarecen en la ocasión
            ____________
            20. Tácito pone en boca de los bretones iguales quejas contra los agravios que experimentaban
            de parte de los romanos: «Nihil patientia profici nisi ut grauiora, taquam ex facili toleranti-
            bus, imperentur. Singulos sibi olim reges fuisse, nunc binos imponi, e quibus Legatus in san-
            guinem, Procurator in bona saeuiret. AEque discordiam Praepositorum, aeque concordiam
            subiectis exitiosam. Alterius manus Centuriones, alterius uim et contumelias miscere. Nihil
            iam cupiditati, nihil libidini exceptans. In bello fortiorem esse qui spoliet: nunc ab ignauis
            plerumque et imbellibus eripi domos, abtrahi liberos, iniungi delectus, tanquam mori tantum
            pro patria nescientibus». Tacit, in Agrie. 15. M. Crevier en su hist. de los Emperadores juzga
            que este pasaje de Tácito está corrompido. Véase el tomo 4, lib. II, en donde lo traduce dándole
            el sentido más conforme a las circunstancias de aquel tiempo [Nota del autor].
            21. Maleuolus et insidus Maiestati tuae comprobari potest, qui persuasionem, ut propias re-
            giones ferro, seu flamma deustares, tibi largitus est. Oderic. Vital. Hist. Eccles. Lib. 6. [Nota
            del autor]
            22. Sit apud Principem parsimonia uilissimi sanguinis. Séneca. Lib. I. de Clementia. [Nota del
            autor]


                                               112
   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117   118