Page 524 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
P. 524

Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
            (Al margen: (Siete) Can. diesiseis et diez, sess. nueve) no sean de diverso color,
            ni de seda, ni mas cortos, ni mas prolijos y explendidos (Ocho) (Al margen:
            (ocho) Sess. catorce) que lo que comviene a la eclesiastica gravedad, manda se
            remueban del uso clerical ciertas nuevas invenciones de bestidos que parecen
            mas propios de soldados, que de clerigos quales son polainas, lechuguillas,
            alamares. monteras, faxas en los manteos etcetera (uno) (Al margen: (Uno)
            Actorum. tres, capitulo dieziseis) instruidos por estos fundamentos de la gra-
            vedad de esta materia y quanto conviene la exemplar edificacion de nuestros
            eclesiasticos en su modo de vestir e impuestos de los muchos abusos que ha
            introducido la relaxacion en los diocesanos en el demasiado lujo y afectado
            ornato, estudiando con prolixidad en la pulcritud del bestido, zelando que éste
            esté mui de moda que sea de una tela mui esquisita y de buen gusto, el cuello
            mui bruñido y bordado y lo demas tan particular que haia en los que los miran
            mas que apetecer, pasando el atrevimiento hasta presentarse en los templos
            con ropas cortas y capotes, aun quando ban a celebrar tomando en la sacristia
            una sotana tal vez indecente para revestirse sobre ella los indumentos sacerdo-
            tales, con escandalo de los que los advierten, y aministrando en el altar y a la
            presencia del prelado con solo el que llaman balandran y sin sotana, como lo
            hemos visto practicar a algunos en nuestra catedral; ya usando ropas de color
            vivo morado, azul y otros y virretes blancos, con que se atreven a presentarse
            al prelado, como nos sucedió en visita con un cura vestido todo de color de
            purpura y con un virrete blanco mui bordado, y lo que es mas tambien entrar
            en la yglesia con semejante profanidad y relaxacion, ya usando de anillos con
            brillantes y otras piedras preciosas, ya aderezando el cabello con rizos en las
            guadejas, moño y caleta; desordenes de que tanto se quejaba el doctor maxi-
            mo San Geronimo que observaba en los eclesiasticos de su tiempo en una
            epistola a Eustaquio por estas palabras: sunt quidam mei ordinus cujus omnis
            cura est investibus crinu calanustre vestigio ratantur digiti an anulis radiant…
            tales cunae videres sponsos masis existimato quam clericos; deseando pues
            ocurrir a estos y otros graves daños que se experimentan en el estado, hemos
            venido a mandar como mandamos, con precepto de santa obediencia, que en
            adelante ningun clerigo de maiores o menores ordenes y de qualesquier gerar-
            quia que sea y dignidad se atreva a salir al publico por la mañana y por la
            tarde, sino con ropa talar negra, virrete negro y cuello que no sea bordado,
            conforme a lo prevenido por el Santo Concilio de Trento que es el trage que
            declaramos conveniente al estado; que quando hubiesen de equitar aunque les



                                               523
   519   520   521   522   523   524   525   526   527   528   529