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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            fueron viles? No menos estilizados estarían las demas provincias, que tal vez
            estarían con señales de juicio, como lo hizo el Correxidor Urbiola con las de
            su distrito y por este motibo se han indultado en destruir a sus correxidores,
            aun siendo de otros obispados, sin que yo los conozca, ni hubiese puesto mis
            pies ni menos algunos de los mios, que a no tratarnos sus mercedes aliadas y
            secuazes con agravios de esta clase, no sucedieran tales maniobras. Los corre-
            xidores nos apuran con sus repartos hasta dejarnos lamer la tierra, parece que
            van de apuesta para aumentar sus caudales en ser unos peores que otros; diga
            el correxidor de Chumbibilcas don Geronimo Sugastegui y Foronda, que en
            termino de dos años, quiso sacar con mas aumento lo que su antecesor en
            cinco, al fin adelantó mucho su caudal que aun su propia vida entró en el cu-
            mulo de sus bienes y salio muy lucido. Son los correxidores, tan quimicos que
            en vez de hacer del oro sangre que nos mantenga hacen de nuestra sangre oro,
            para sustento de su vanidad y nos oprimen en los obrages, chorillos, cañave-
            rales, cocales, minas y carceles, en nuestros pueblos, en el mejor tiempo de
            nuestro trabajo nos recogen como a brutos y ensertados nos entregan a las
            haciendas para el laboreo sin mas socorro que nuestros propios bienes y a
            veces sin nada. Los hacendados viendonos peores que esclavos nos tratan tan
            mal, haciendonos trabajar desde las dos de la mañana hasta que al anochecer
            aparecen las estrellas, sin mas sueldo que dos reales por dia, fuera de apensio-
            narnos los domingos con faenas con pretexto de apuntar nuestro trabajo, car-
            gandonos en nuestra cuenta aun las cosas que por omision de ellos se pierden
            y con echar vales parece que pagan. Yo que he sido cacique de tantos años he
            perdido muchos, asi por que me pagan tan mal y otras veces nada, por que se
            alzan a mayores.— Para salir de este vejamen que padecemos todos los pro-
            vincianos, sin excepcion de personas aun eclesiasticas ocurrimos muchas ve-
            ces a nuestros privilegios, preeminencias y esenciones para contenerlos y lue-
            go atropellan las mercedes reales por mejor decir menosprecian los superiores
            mandatos, arrebatados de sus intereses, de donde nace un proloquio vulgar.
            Que las cedulas reales, ordenanzas y provisiones, estan muy bien guardadas en
            las gavetas y escritorios, lo mas gracioso y sensible es que concluido el quin-
            quenio o viennio quedan santificados en sus residencias para exercer otro co-
            rregimiento, haciendo representaciones falsas, con pedimento de respeto a la
            real corona y es la razon que los jueces de residencias y sus escribanos o son
            sus criados o dependientes o estan pagados o se componen. Los curas dan sus
            firmas a su favor por que estos les prometen hacer buenos oficios en la Corte.



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