Page 300 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            pueblos, por que son mas los correxidores iniquos y asi un mal llama a otro.
            Ellos se oponen al Rey directamente porque defraudan en mucho sus reales
            tributos, como en las revicitas que hacen, no se sugetan a los padrones que los
            caciques presentan, sino a las personas que se antojan por decir que se les
            agravará en mas la gruesa y de este modo no hay aumento sino disminucion
            en los reales haveres como publican los malgesies antiguos y modernos y todo
            lo hacen por no atrasar sus intereses. Hay muchas haciendas con bastantes
            yanaconas, estos para el reparto son trahidos por Padroncillos y para la recau-
            dacion de los tributos, nada de eso observa. Ellos llenan los obrajes de tribu-
            tarios cobran sus intereses con la mayor vigilancia y de los tributos debiendo
            ser lo primero se olvidan. Ocurren sus caciques y no son atendidos y por no
            atrasarlos de una vez, buscan yndios acomodados y hacen recaudar hasta dos
            o tres tercios y ya no tienen con que satisfacer y lo poco que les queda les aca-
            ba de rematar y se quedan pordioseros, estos acuden a sus yndios sufraganeos
            que con hacerles algunos servicios personales, les contentan y mejor se arguye
            en estos la caridad por que les perdonan con el fin de conservarles y los corre-
            xidores los dejan morir vendidos en los obrajes. Algunos caciques del modo
            posible llevan sus tributos para el entero y por haberles suplicado a él u a sus
            cobradores con pretexto de que eran fiadores se cogen los tributos aun estan-
            do presente los deudores. Ellos tienen tratos y contratos y con pretestar de que
            son productos de la provincia no pagan las reales alcavalas. ·De las razones
            dichas infiera vuesa señoria si nosotros o ellos somos apostatas de la fe y trai-
            dores a la corona, luego mal se compadece lo que ellos vociferan e inficionan
            a los moradores de esa ciudad. La Recopilacion manda en la Ley septima, Ti-
            tulo quarto, Libro Tercero que sean extrañados de las provincias los que las
            inquetan y perturban y siendo los correxidores los perturbadores e inquieta-
            dores, por ley deben ser desterrados y como traidores a la real corona y apos-
            tatas de la fe, deben ser en el punto destruidos y si el matar al delinquente de
            lesa magestad es hacer un gran servicio a la corona, matando nosotros los
            correxidores y sus sequaces hacemos grande servicio a su magestad y somos
            dignos de premio y correspondencia, mas como ellos con sus cavilaciones y
            empeños figuran las cosas a su paladar, siempre nos hacen dignos de castigo.
            Es de admirar que los dichos correxidores estan hechos un Marte contra no-
            sotros y es por que que no conocen el beneficio que se les ha hecho en librarlos
            de las puertas del ynfierno, que es la ocasion proxima en que estaban y poner-
            los en carrera de salvacion con privarlos de los cargos de conciencia que



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