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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Corona? destruir el real patrimonio, que somos los yndios tributarios segun
barias cedulas reals, el asolar pueblos, destrozar ganados, es el modo de hacer
un gran servicio a la real corona de España? echar edictos de perdon para los
unos y de castigo para los otros, como ha echo ese ylustre cavildo del Cuzco,
es el modo de sosegar los pueblos? No es sino causar mayor encono y alboroto
a sus moradores, por qué como en los pueblos unos y otros se aman unos y
otros se llegan a favorecer. Que nos acaben de matar si asi lo merecemos para
que de una vez quede privado el reyno y borrado el ymperio de nuestro mo-
narcha. Solo un consuelo me queda de que tengo hechos mis despachos de las
cosas presentes y lo que ciegamente y con encono va haciendo esa ciudad del
Cuzco, a favor de los correxidores paliando de que es contra la corona y doy
mis razones al excelentísimo señor virrey de Buenos Ayres, a la Real Audien-
cia de Chuquisaca y a los cavildos de las ciudades de Arequipa y Paz, remitien-
doles un tanto de esta mi carta ynforme, para que dichos señores den razon a
su magestad quando se ofrezca y quiza siquiera nuestros hijos y descendien-
tes, veran la real defensa por las extorsiones tan injustas que se han procedido,
sin saver ni examinar de antemano las cosas, pretextando de que somos apos-
tatas de la fe y traidores a la corona real, quando lo contrario debo afirmar de
los corregidores como diré. Son apostatas de la fe, porque del todo desechan
los preceptos santos del Decalogo, saben que hay Dios y no creen que es remu-
nerador y justiciero y esto sus mismas obras lo justifican, ellos menosprecian
los preceptos de la Yglesia, vilipendian las disciplinas y penas eclesiasticas, por
que las aprehenden como meras seremonias o ficciones fantasticas. Ellos nun-
ca se confiesan por que no hay sacerdote que los absuelva. Entran a las yglesais
tan irreverentes, que causan escandalo y con su mal exemplo inducen a otros
a que los imiten. Ellos destierran a los fieles de las yglesias con sus cobradores
y corchetes y por miedo de que no los pongan en las carceles u obrages por sus
deudas, se privan de este santo beneficio. Ellos violan las yglesias, maltratan
sacerdotes con manos violentas hasta hacerles derramar sangre. Oyen misa
los domingos y eso apenas y su andicion es todo aspaviento y ceremonias.
Ellos menosprecian los cultos divinos, pretestando que se empobrecen y no es
sino por que sus intereses no se atrasen. Repugnan los parrocos vigilantes y
timoratos con fervor apostolico y con sus violencias y extorsiones los hauyen-
tan y entibian el amor de Dios y de sus santos, de donde nace otra mayor
desdicha y es que los parrochos y sus thenientes, olvidan la obligacion de su
ministerio y aspiran solo al logro del beneficio, esto sucede en los mas de los
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