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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
de Lima: A este punto llegó su confianza de mi zelo por el estado y tambien al
de adoptar mis arbitrios en la guerra y en la paz. El Visitador General don José
Antonio de Areche oyó, vió tocó mis desvelos estos meresieron sus elogios de
palabras, y por escrito; y alguna vez me escribio, que si desde el principio se
huvieran seguido mis propuestas, no huviera dexado tanto que sentir la rebe-
lion: unas y otras cartas estan originales en mi Secretaria y tengo remetidos a
Vuesa Magestad testimonios de ellas con el correspondiente informe del esta-
do del reino, y ellas son el espejo en que veo el buen aspecto de la verdad.
Sin embargo parese que algunos de los ministros de la Real Audiencia
de Lima han querido proceder de un modo contrario a mi honor torsiendo
con violencia donde no se inclinan por su naturaleza los autos seguidos entre
mi provisor don Juan Antonio Tristan y el corregidor de la provincia de Tinta
don Antonio Arriaga: ambos han sido ya residenciados de Dios en su muerte,
y el segundo havra quedado convensido de que si huviese prosedido en el em-
pleo con arreglo a la consiencia y piadosas intenciones de Vuesa Magestad no
se huviera movido la gente que se despechó con un exorvitante repartimiento
de trescientos mil pesos exceso en que lo acusó el difunto ynsurgente Jose Ga-
briel Tupa Amaro en los papelones que este echaba ni publico con el perverso
designio de aumentar su partido.
Jamas me persuadiré a que mis servicios publicos hayan paresido ne-
gables o siquiera dudosos a este tribunal: antes creo que en esta parte me havrá
hecho justicia si acaso ha informado a Vuesa Magestad en el particular de la
pasificacion. Son demasiado visibles los hechos que fundan mi tal qual me-
rito, para poderse ocultar aun a los que de proposito quieran retirar los ojos
de ellos; y era necesaria mucha inadvertencia o resignacion para la verguenza
del convensimiento de falcedad para desvaneser a favor de la distancia, lo que
facilmente se puede provar hasta un grado que toca en evidencia.
Assi creere que la idea solo se dirigió a empañar con inconexos suce-
sos el credito que podía resultarme de quanto hise y por mi se hiso contra los
rebeldes en beneficio de la paz: llamo inconexos tales acasos y en ello me con-
traigo a la expresada causa de don Antonio Arriaga; pero como de mi parte no
ha tenido Vuesa Magestad informe alguno directo sobre ella, no puedo acabar
con el objeto de mi representacion menos de referir susintamente la materia
para el reintegro de mi honor. Un mal cura de la provincia de Tinta fue contu-
maz a doblados requerimientos que se le hicieron sobre que exhiviese para el
reconosimiento los libros parroquiales: se procedio por esta curia eclesiastica
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