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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            días sino le pagaba la cantidad de pesos que le debía assi mismo es notoria
            la opresion que padesian los yndios con el reparto, y que esta mediante la
            facilidad y cortedad de sus talentos los hasia suseptihles de qualquier impre-
            ciones dirigidas a sacudir el yugo de la obediencia a unos subalternos que
            tanto abusaron de sus empleos por intereses propios. Por otra parte se hallaba
            el yndio Jose Gabriel lleno de mil ideas falsissimas de ser desendiente de los
            reyes gentiles, y havia promovido con exfuerso imaginados derechos al mar-
            quezado de Oropesa en la provincia de Urubamba y no era mucho que pro-
            rrumpiese en el delirio que pagó ya con el suplicio. Para que fue admitir en la
            Real Audiencia de Lima pretenciones tan sospechosas que no podían dexar de
            haser previciones de lo que ha pasado? Vuestro Virrey don Francisco Toledo
            quitó del medio al ultimo príncipe pagano Phelipe Tupa Amaro, y extinguió
            de varios modos toda su familia y relaciones, teniendo presente despues de
            los delitos personales que tendrían lo que se havia reserbado para nuestros
            tiempos. Tupa Amaro se alimentaba diariamente con la lectura del historiador
            Garcilaso segun hemos sabido despues y assi cultibo especies que apoyaban
            sus iniquas ideas, en que mas que probablemente se infiere que gastó mucho
            tiempo. La obra que emprendió era demasiado ardua solo para meditarla en
            los días de la excomunion de Arriaga y sobre todo el fue preso, y se mantubo
            en el quartel, expuesto a la mas prolixa investigacion, en que declaró que cinco
            años antes havia pensado en lo que hiso despues.
                    Sea esto lo que fuere, mi animo no es haser apologías a mi favor por
            que me haria en ello agravio indesente a mi caracter. Lo unico que me causa
            dolor es, que siendo notorios mis afanes, y conosida la utilidad que ha resul-
            tado de ellos, solo sienta hoy el pesar de lo que se me imputa sin que la emu-
            lacion me agradesca, lo cierto favorable.
                    Que el movimiento del pueblo de Yauri a favor del cura fuese causa de
            la rebelion de Tupa Amaro, es punto que jamas se podra provar, pero ninguno
            podra negar que yo persuadi a mi grey, que la rebelion era causa de religion en
            que interesé la fidelidad de los que podian alucinarse con las cabilosas ideas
            del ynsurgente que publicaba lo (Al margen: Ojo) contrario deberan confesar
            en todo el reyno, que la censura en que declaré incurso al autor de la sedicion
            atrajo a las vanderas de Vuesa Magestad en el tiempo mas urgente y escaso
            de fuerzas mas de setecientos mestisos solo de la provincia de Chumbivilcas,
            que sirbieron en nuestras tropas: Que formé quatro compañías de clerigos,
            que estaban dispuestos para salir a campaña a la primera disposicion del



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