Page 250 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
            de dicho Acora, y los que habian escapado de Julí y de Ylabe en su compañia,
            que huian del furor de los indios: los cuales se apoderaron inmediatamente
            del pueblo, cuya cárcel y horca incendiaron con algunas cosas de particulares,
            y saqueron á las iglesias, los muebles que creyeron sus infelices dueños salvar
            á la sagrada sombra de su respeto.
                    52. Hácia esta otra parte de mi provincia y la de Azangaro habia ido
            destacado desde el 23 de Marzo antecedentes, D. Andres Calisaya, cacique del
            pueblo de Tiquillaca, para que, con su compañia de caballeria, las gentes de
            Coata y Capachica y los indios fieles, auxiliase á este último, que no pudo lo-
            grar antes socorro, por las razones que quedan apuntadas, contra los esfuerzos
            de los rebeldes que le habian atacado: y despues reparase los de Pusi, Saman
            Taraco y Caminaca, que infestaban estos malvados, divididos en muchos tro-
            zos. Marchó con efecto el 23, y dió alcance á algunas partidas, que ahuyentó
            con muerte de algunos pocos, quitándoles el ganado que llevaban. Destaqué
            igualmente á D. Melchor Frias y Castellanos, para que con los indios de Ma-
            ñazo, Vilque, Cavana y Cavanilla, que se habian presentado ofreciendo sus
            servicios, y la gente que señalé, hiciese sus correrias por los caminos reales
            de Arequipa, para limpiarlos de una tropa de ladrones, que bajo la conducta
            de un malvado indio, Juan Mamani, los habían puesto impracticables. Logró-
            se felizmente el designio con la muerte de este y otros muchos de su infame
            comitiva, que resistieron mucho; y puestas en libertad 20 mugeres blancas
            que tenian prisioneras, se apoderaron los indios fieles de nuestra tropa, de un
            grande despojo y ganado que habian robado aquellos en los pueblos y en los
            caminos.
                    53. Retiradas, como queda expuesto, las milicias de Chucuito hasta su
            capital, el Capitan comandante, y demas oficiales, dieron parte de ello á esta
            Junta de guerra, y consultaron si deberian seguir su retirada hasta esta villa, o
            mantenerse en la defensa de aquella ciudad, en el caso de atacarla los indios,
            que continuaban desde el Desaguadero y Cepita la conquista de toda la pro-
            vincia, pidiendo que en este caso se les auxiliase con los pertrechos necesarios,
            en atencion á las pocas municiones con que se hallaban. Respondióse por la
            Junta sin dilacion, que caminaria el socorro que pedian, luego que informasen
            del número de enemigos que les amenazaba, para graduar la cantidad de mu-
            niciones y fuerzas que se contemplasen necesarias; pero al mismo tiempo es-
            cribió privadamente el Gobernador de Chucuito al Capitan comandante que
            marchó á la expedicion de órden suya, que procurase retirarse con todas las



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