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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Vial, llegaron al pueblo de Julí, en cuyas montañas se hallaban los sublevados,
despues de haber egecutado, un dia antes del arribo de las tropas, sangriento
estrago en todo su vecindario, y un saqueo universal de sus casas, y de lo que
habian colocada en el sagrado asilo de los templos, que no se eximieron del
furor y de la profanacion.
50. Los nuestros, cuando entraron al pueblo, encontraron la plaza y
las calles inundadas de sangre, y arrojados los cadáveres por todas partes, sin
que hubiese un sugeto racional de quien tomar alguna razon, hasta que con el
estrépito de los fusileros, que disparaban en un breve choque con los indios
á las faldas de los cerros, salieron los curas y algunos otros que se mante-
nian en lugares ocultos, sin atreverse antes á manifestarse por el justo temor
de la muerte. Entonces el Capitan comandante mandó retirar la gente y salió
afuera con los curas y los demas que tuvieron la felicidad de sustraerse á la
cuidadosa pesquiza de los indios. Continuó retrocediendo hasta las cercanias
del Ylabe, de donde dió cuenta de lo sucedido, y en su vista se determinó en
junta de guerra, que siguiese su retirada, cuya órden, que recibió ya en dicho
Ylabe, no obedeció por entonces, fundado en razones que no parecieron las
mas sólidas. Pero muy poco despues, la necesidad le precisó á cumplir con lo
mandado, porque el pueblo de Acora, que contiene un gran número de indios,
tuvo partido con los rebeldes, y antes de verse cortado, salió de ese pueblo, y
vino á este otro citado, en donde le alcancé con la mayor parte de mis tropas,
que tuve á bien conducir en persona con los pertrechos necesarios, con el fin
principal de apoyar la retirada que la hice ver indispensable, considerando la
falta de municiones con que se hallaba para defenderse, y la justa atencion de
no poder yo desamparar largo tiempo mi capital, por cuyo motivo habia yo
resuelto regresar.
51. En estas circunstancia recibí carta del expresado Gobernador de
Chucuito, escrita desde esta villa, en que asegurándome que los indios estaban
encima, me llamaba con instancia á socorrerla. Con esta noticia levanté mi
campo, y marché á las doce de la noche, y prudentemente receloso de que me
seria preciso abrir camino para entrar con las armas en la mano, solo puede
franquearles cuatrocientos cartuchos, que parecian suficientes con los demas
que tenian, para el efecto de retirarse, que fué lo que les previne á los oficiales
comandantes cuando solicitaron de mi consejo la resolucion que se deberia
tomar en aquel estado. En cuya virtud la mañana inmediato, 10 del corriente,
se retiraron, siguiendo mis huellas hasta Chucuito, y convoyando el vecindario
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