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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            de que los referidos de Paucarcolla, Guaca y Moro se mantuvieron aquella no-
            che en el puesto que ocupaban, y que los indios Mañazos de esta villa resguar-
            dasen la falda opuesta, y que está frente de la poblacion, para que no tuviesen
            lugar de zafar hasta la mañana siguiente. Era logrado el intento, sin la torpeza
            é inadvertencia del cacique Bustinza, que se retiró del sitio que se habia se-
            ñalado: y aprovechándose los rebeldes de tan bella coyuntura, escaparon al
            instante, dejando burladas las justas medidas que se tomaron para obligarlos
            á rendirse.
                    66. De esta suerte se dispuso la resistencia que se hizo á los enemigos
            en el segundo ataque que ha sufrido esta villa. Su número no fué tan gran-
            de como el de los primeros que la embistieron, pero no fué menor en estos
            la confianza de tomarla: bien que unos y otros encontraron iguales motivos
            para desengañar su esperanza; habiendo sido tambien muy semejante el modo
            de retirarse entrambos: porque, así como aquellos tomaron precipitadamente
            aquella misma noche la fuga, sin haberles quedado bastante gana de continuar
            en el sitio, así estos hicieron la misma noche, sin detenerse en parte alguna
            grande rato, porque temian que les siguiesemos en alcance. Como que en rea-
            lidad lo practiqué en persona, hasta alguna distancia, para impedir los daños
            que justamente se recelaron egecutasen con los indios de Ycho de esta juris-
            diccion, que se habian preservado de la infamia de imitarlos en su rebeldia:
            pero como su marcha debió de ser horas antes que yo saliese, tuvieron antes de
            mi llegada el tiempo necesario para degollar á las indias de dicho pueblecito,
            en odio de sus maridos que estaban á nuestro servicio en esta villa.
                    67. Mandaba esta expedicion, como primer comandante, un mal in-
            dio de la provincia de Paria, nombrado Pascual Alaparita, que despedido de
            su patria como una maligna peste, emprendió y logró con la mayor rapidez
            la conquista de las provincias de Sicasica, Pacages, y la última de Chucuito,
            llenándolas del mayor horror y confusion con los sangrientos destrozos, in-
            cendios y latrocinio qua ha egecutado en todos sus pueblos. No obstante, con
            depedencia de este misma, venia mandando otro, que se nombraba Isidro Ma-
            mani, tan malo y perverso como el primero. He logrado oportunamente su
            prision, de cuya persona se apoderaron los indios de Acora al siguiente dia
            de su fuga, y me lo presentaron acá con la de otros capitanes suyos, á quienes
            conservo en prisiones y seguridad, para tomarles sus confesiones, y proceder
            á lo demas que convenga con la distinción correspondiente al carácter que
            representaban entre los suyos.



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