Page 582 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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                    (Al margen: Otro).
                    Don José Gabriel Tupa Amaro Inga de la real sangre y tronco prin-
            cipal. Entiendase para la provincia de Paruro.— Hago saber a los paisanos
            criollos, moradores de la muy noble ciudad de Arequipa y sus inmediaciones
            que viendo el yugo fuerte que los oprime de tanto pecho y la tiranía de los que
            corren con este cargo sin tener conmiseración de nuestras desdichas y exas-
            perados de ellas y de su impiedad, he determinado sacudir este insoportable
            peso y contener el mal gobierno de los jefes que componen estos cargos, por
            cuyo motivo murió en público cadalso el Corregidor de esta provincia de Tin-
            ta. A cuya defensa vinieron a ella de la ciudad del Cuzco, porción considera-
            ble de chapetones formando compañías y arrastrando a mis amados criollos,
            quienes pagaron con sus vidas su audacia y atrevimiento. Sólo siento de los
            paisanos criollos a quienes nunca han sido mi ánimo se les siga ningún perjui-
            cio, si no que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo, para cuyo
            efecto hago saber a todos los referidos paisanos y si eligen este dictamen no se
            les seguirá perjuicio ninguno, ni en vida, ni en hacienda; pero si despreciando
            esta mi determinación y advertencia hicieren al contrario, experimentarán su
            ruina convirtiendo mi mansedumbre en saña y furor, reduciendo a esta ciu-
            dad en ceniza. Y como sé decirlo tengo fuerzas para hacerlo, pues, están a mi
            disposición sesenta mil indios y otras provincias, que se me han ofrecido y las
            tengo en mi orden. Y así no tengan en poco esta mi advertencia, que es nacida
            de mi amor y clemencia. Los señores sacerdotes tendrán el debido aprecio a
            sus estados y propio modo las religiones y monasterios, siendo mi único ob-
            jeto cortar de raíz el mal gobierno de tanto ladrón zángano que nos roban la
            miel de nuestros panales. En breve me desengañaré de vuestras intenciones y
            reconoceré el dictamen que eligen, premiando a los leales y castigando a los
            rebeldes que conoceréis vuestro beneficio y después no aleguéis ignorancia.
            Es cuanto puedo decir. Tungasuca y noviembre veinte de mil setecientos y
            ochenta.— Don José Gabriel Tupa Amaro Inga.


                    (Al margen: Carta escrita en un pedazo de lienzo royal).
                    Ilustrísimo Señor.— Mi señor: Anoche, a las siete recibí su carta con
            fecha diez y nueve del corriente en pliego doble que condujo el propio que
            hice; quien rodeo bastante por estar todos los caminos llenos de guardias, sin
            dejar pasar a persona alguna que no sea registrada, aun la parte más oculta
            que sólo con industrias pudo entrar a esa ciudad, sin embargo, de haber lle-



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