Page 497 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            rebelado y que fue fingida la orden y responde.— Preguntado si sabe qué ar-
            mas de fuego tenga, qué número de gente y si tiene confederación con otros
            caciques de provincia indios o españoles, dijo: Que de positivo no puede dar
            razón y que a su parecer, el día que estuvo en Pomacanche, tendría treinta y
            tantas bocas de fuego en manos de españoles de la provincia de Tinta, otros
            tantos rejones y las bayonetas clavadas en palos y que las armas eran las que
            tenía el Corregidor de Tinta. Que reparó que tendría cinco mil indios, poco
            más o menos con sus hondas. Que cuando fue a Quiquijana, supo el declaran-
            te que llevaría el mismo número y que oyó decir que remitía cartas a otras
            provincias a los caciques para que se juntasen con él, pero este no lo sabe de
            cierto. Que el día que estuvo en Pomacanche mandó pregonar que todos los
            criollos estuviesen unidos con los indios, que el pregón no lo oyó el declaran-
            te, pero que tuvo noticia de los que concurrieron en este acto. Que cuando
            puso preso a Don Juan Antonio Figueroa, le hizo escribir carta a su mujer
            para que mandase llevar ella misma las armas, los pedreros que tenía y toda
            su plata labrada a Tungasuca; y que la mujer lo ejecutó así e incauta, sin saber
            que estaba preso su marido, y cuando llegó a Tungasuca se hizo Tupa Amaro
            de los bienes de Figueroa y también puso presa a su mujer. Que este hecho lo
            sabe el declarante porque se lo contaron y ya corre por voz pública. Y que
            como se vino para esta ciudad el declarante no puede dar razón de otra cosa y
            que como fiel vasallo de nuestro Rey y señor natural, está pronto a militar bajo
            de sus reales banderas y ayudar a los leales para ir con ellos a prender la per-
            sona de dicho Tupa Amaro, a matarlo si pudiese y a destruir a todos sus par-
            ciales y que con este ánimo ha venido a presentarse. Que esta es la verdad bajo
            del juramento que hecho tiene y habiéndosele leído su declaración de princi-
            pio a fin, se afirmó y ratificó en ella y dijo ser de edad de treinta y cinco años
            y que no tiene parentesco alguno con Tupa Amaro, ni le comprehenden las
            generales de la ley y la firmó con su merced el señor Alcalde y el asesor de
            Junta de Guerra que concurrió en este acto de que doy fe.— Sebastian José de
            Ocampo.— Doctor Francisco Javier de Olleta.— Luis Farfán.— Tomás de Ga-
            marra, Escribano Público.

                    (Al margen: Decreto),
            Cuzco y noviembre diez y ocho de mil setecientos ochenta.— Vistas las de-
            claraciones de Evaristo Delgado y Luis Farfán, manténgase en arresto ambos,
            interín se da otra orden y reencarguesen sus personas al Capitán Comandante



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