Page 485 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            y que debe hacer presente lo siguiente: Que el sábado de la semana pasada
            entró al pueblo de Acomayo Don Andrés Castelo, enviado por Tupa Amaro
            desde Tungasuca, con un auto para que lo hiciese publicar por bando en nom-
            bre del señor Visitador General, y se reducía a que compareciese en la plaza
            del pueblo de Pomacanche el lunes de la presente semana a las ocho de la
            mañana o oir otra orden que ese día se había de publicar, bajo de que serían
            severamente castigados todos los que no concurriesen: Que el declarante es-
            tuvo cuatro leguas distante del pueblo de Acomayo en su chorrillo nombrado
            Antabamba, que está en término del pueblo de Papres de dicha provincia de
            Quispicanche, donde recibió una carta de letra del hermano del declarante
            llamado Hermenegildo Delgado, que se la hizo escribir dicho Castelo, en la
            que se le previene al declarante que compareciese en el mencionado pueblo de
            Pomacanche el predicho día lunes como Cacique de Papres. Que de facto,
            presumiendo de que fuese la orden de dicho señor Visitador, pasó a Pomacan-
            che con su hermano Hermenegildo, que fue el que le dio la carta y fueron en
            compañía de ellos otros dos caciques nombrados Don Luis Farfán y Don Mar-
            cos de la Torre. Que al salir presumieron que fuese fingida la orden, y estable-
            cieron en ánimo de obedecerla; pero que de acuerdo continuaron en pasar a
            Pomacanche y llegaron al obraje de ese nombre a las ocho de la mañana, y
            hallaron en él mucha gente compuesta de indios y mestizos armados con hon-
            das, palos y escopetas y que Tupa Amaro estaba repartiéndoles a dos reales en
            plata y cuatro o cinco varas de ropa de la tierra del mismo obraje y asimismo
            a una frazada a los soldados que tenía y a cuantos le pedían, porque había
            mucha porción de ellas: Que el declarante, su hermano y compañeros que
            viene mencionados, saludaron a Tupa Amaro y los recibió con cariño convi-
            dándoles mate y aguardiente. Y que el declarante ayudó a cortar la ropa de la
            tierra y que duró esta función casi todo el día hasta que Don Juan Esteban
            Pacheco, Cacique de Pomacanche llamó al declarante, a su hermano y a Don
            Luis Farfán a lugar separado y consultaron entre los cuatro pedirle a Tupa
            Amaro la orden que debía tener para, que en caso de no ser cierta, apremiar a
            Tupa Amaro; y que el hermano del declarante con este ánimo se prestó un
            cuchillo del yerno de un Zamalloa para estar prevenido; que a poco rato les
            dijo Pacheco que no se metiesen en ellos, porque Andrés Noguera, primero de
            Tupa Amaro, les participó que si acaso lo hacían, les quitarían las vidas y por
            eso se desanimaron y volvieron al mismo ejercicio de ayudar a repartir la ropa.
            Que les convidó a comer Tupa Amaro y concurrieron en su mesa; que puso un



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