Page 443 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
entradas de Anta, Oropesa, Paruro y Urubamba, se hace sensible la hambre,
no sólo por lo que llevo expresado, sino también por el número de habitantes
que cada día crece con los individuos y familias que buscan la ciudad por asi-
lo, y esto será más en adelante emigrando a este recinto los pueblos vecinos
que deben ejecutar lo dispuesto por vuestra señoría, cortándose el puente de
Urubamba, aumentando este vecindario tan exorbitantes no podrá menos que
extrañar la copia de granos: de todas las especies que produce la quebrada de
Urubamba, que según el cómputo de los hacendados en ella produce de cose-
cha muchos miles de fanegas, cuya mayor parte de lo cogido en el año presen-
te existe todavía con las trojes y de ella carecerá la ciudad, obsequiándose al
Tirano. No es menos inconveniente que hallándose aquellos fertilísimos cam-
pos en el fruto a la vista, se hayan de ceder al mismo tiempo al enemigo, pre-
parándonos la continuación del hambre para el año venidero y parte del sub-
secuente, si es que acaso volvemos a la posesión de aquel territorio, que siendo
la más bella porción de esta diócesis es todo el atractivo del Indio, quien se
contentaría y a de reinar en aquella parte que mi antecesor quiso erigir en
nuevo obispado supuesta la división en que se pensaba. Al concluir este se me
ha hecho presente el cura de Guaillabamba, doctor don Joaquín Guevara,
quien protesta lo mismo que el cura Valdez, de que con los cien hombres de
tropa, veinticinco fusiles y correspondientes municiones, además de los se-
senta que comanda el oficial Oliva y los provincianos, se podrá rebatir la fuer-
za de los indios que amenaza siendo precisa calidad que una vez que vuestra
señoría resuelva la existencia del puente de Urubamba, mande marchar pron-
tamente los soldados en la forma que se han pedido con más de setenta y
cinco lanzas, para el complemento de las armas de que deben surtirse todos
los que van, sobre que dispondrá vuestra señoría lo que juzgare más conve-
niente. Nuestro Señor guarde a vuestra señoría muchos años. Cuzco y diciem-
bre veintisiete de mil setecientos ochenta.— Juan Manuel, Obispo del Cuz-
co.— Señores de la Junta de Guerra.
(Al margen: Subscripción)
Es copia de su original de que doy fe.— Doctor José Domingo de
Frías.— Secretario.
(Al margen: Carta del cura de Urubamba)
Ilustrísimo señor doctor don Juan Manuel Moscoso.— Mi señor: Lue-
go que recibí la de vuestra señoría ilustrísima, acompañada con un cedulón
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