Page 377 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
esta provincia por esta Junta de Guerra, venga con toda la gente de armas a
fortalecer esta ciudad y que solicita mis luces para saber como se ha de haber
en esta ocasión por el inminente riesgo que corre su vida y la de sus compañe-
ros, permaneciendo en ella. Por punto general, en estas críticas circunstancias
tengo mandado que todos los curas residan precisamente en la capital de sus
beneficios, para evitar con su respeto las funestas resultas, que suele traer el
desorden y confusión; y para subvenir a la urgente necesidad de la feligresía,
sin que otro cualquiera motivo temporal deba arredrar, porque el buen Pastor
ha de estar dispuesto a dar la vida por sus ovejas en todo riesgo; mayor es el
que ofrece esta ciudad, por ser todo el objeto de las miras del rebelde Tupa
Amaro; y sin embargo de que muchas familias han buscado la seguridad en las
distancias y que se me haya querido persuadir ponga en salvo mi persona, será
inflexible el sistema que me propone la obligación del ministerio y el honor
con que nací. Nuestro Señor guarde a Vuesa Merced muchos años. Cuzco y
noviembre veinte y dos de setecientos ochenta.— De Vuesa Merced afecto.—
El Obispo del Cuzco.—
(Al margen: Subscripción)
Es copia de su original. Cuzco y noviembre veinte y dos de mil sete-
cientos ochenta años, doy fe.— Doctor José Domingo de Frias, Secretario.—
(Al margen: Carta del Cura de Urcos)
Andahuaylillas veinte y dos de noviembre de mil setecientos ochenta.
Ilustrísimo Señor. Señor: A buscar un conductor para ésta he venido a este
lugar y se reduce a decir a Vuestra Señoría Ilustrísima, que no ha una hora que
ha pasado un mozo de esa ciudad, que viene de Tungasuca y de hablar con
Tupa Amaro, después de haber sido prisionero. No llegará allá antes que éste,
razón que me provoca a comunicar a Vuestra Señoría Ilustrísima lo mismo
que él expondrá mas tarde; es emisario del dicho Tupa Amaro por lo que mira
a una carta que conduce para Vuestra Señoría Ilustrísima, cuyo contenido
en sustancia es el siguiente: Que en atención a que los curas coadjutores, no
pueden, llenar todos los deberes del Ministerio, según y como los propios,
se sirva Vuestra Señoría Ilustrísima restituir a los que tiene impedidos: Que
entienda Vuestra Señoría Ilustrísima, que sus designios, ni miran contra la
fe, ni contra el estado, ni contra los derechos del público: sí sólo contra las
cruces que lastiman el reyno, verbigracia corregidores. Esto es lo mismo que
me dice el tal Mozo, como testigo de la carta que comporta. Añade, que está
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