Page 375 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 375
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
en las cortaduras de las calles, a que dió principio después de otras disposicio-
nes, para ocurrir al remedio de los daños, que en las actuales circunstancias
se temen y precaver sus funestas consecuencias. Si en la materia se le ofrece a
Vuestra Señoría Ilustrísima otra cosa, tendrá mucha complacencia esta Junta
de que se le prevenga para seguir su maduro arbitrio. Cuzco y noviembre diez
y nueve de mil setecientos ochenta.— Fernando Inclán y Valdes.— Marcos
Antonio de la Cámara y Escudero.— Sebastián José de Ocampo.— Matías
Baulén.— Pedro José Vélez.— Miguel de Torrejón.— José de Saldíbar y Saave-
dra.— Joaquín Valcárcel.— Isidro de Guizasola.— Doctor Francisco Javier de
Olleta.— Ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta.—
(Al margen: Auto)
Nos el Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta, por la gracia de
Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de esta Diócesis, del Consejo de Su
Majestad, etcétera.— Por cuanto las calamidades que padecemos al presente
en las hostilidades de los enemigos y otros muchos males, que trae la guerra
en que nos hallamos, con efecto de la divina indignación por nuestras culpas
y ser necesaria para aplicarlo hacer penitencia de ellas, recurriendo a su di-
vina Majestad con un corazón contrito y humillado, y ejerciendo otros actos
penales y satisfactorios, a ejemplo de los Ninivitas, que ayunaron tres días y se
vistieron de saco y cilicio, cuyos clamores y gemidos oyó el Señor y revocó la
sentencia que tenía fulminada de subversión contra el pueblo, por medio del
profeta Jonás y otros muchos, de que abundan las sagradas escrituras, pues
siempre que el pueblo de Israel acometido de sus enemigos se volvía a Dios
con verdaderos sentimientos de compunción eran oídos y con singulares pro-
digios de la omnipotente diestra, alcanzaban muy señalada victoria: Por tanto
nos, seguir estas huellas de los verdaderos adoradores del Dios de Israel, que
se ha hecho conocer por el carácter de una propensa misericordia a inclinar
sus divinos oídos a nuestros piadosos ruegos; hemos resuelto publicar una
Santa Misión, que comenzará el día de mañana, después de las diez, para mo-
ver los corazones a la contricción y disponerlos a la confesión, que deberán
hacer dentro de los ocho días que durase; aplicándoles como les aplicamos
un jubileo e indulgencia plenaria a todos los que confesaren y comulgaren,
rogando a Dios por la paz de la república y demás necesidades de la iglesia; y
cuarenta días de indulgencias más, por cada día a cuantos asistieren a la referi-
da misión, que se hará en nuestra Santa Iglesia Catedral; disponiéndose todos
374