Page 376 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
a una procesión solemne de sangre y penitencia, que se hará el último día. Y
para que esta nuestra resolución llegue a noticia de todos se leerá al evangelio
de la Misa Mayor y fijará en los lugares acostumbrados. Que es fecho en veinte
dias del mes de noviembre de mil setecientos ochenta años.— Juan Manuel
Obispo del Cuzco.— Por mandado de Su Señoría Ilustrísima el Obispo mi
señor.— Doctor José Domingo de Frias, Secretario.—
(Al margen: Diligencia)
En virtud del auto antecedente, que se leyó en el púlpito de la Santa
Iglesia Catedral, se comenzó la misión este día por los Padres de San Francis-
co. Y para que conste lo pongo por diligencia. Cuzco y noviembre veinte de
mil setecientos ochenta.— Doctor Don José Domingo de Frias, Secretario.—
(Al margen: Carta del Cura de Palcaro)
Ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta.—
Señor: El insulto que acaba de suceder en la Provincia de Tinta, ha causado
en ésta tanta confusión, que no puedo explicar a Vuestra Señoría Ilustrísima
y viendo pues todos los provincianos que el corregidor de esta Provincia va a
esa ciudad, con los vecinos más principales de ella a fortalecerla con exhorto
del Cabildo de esa ciudad, se ha puesto en un lamento e inexplicable sollozo,
considerando el ningún resguardo que queda en ésta, para tal vez contener
cualquier exceso, hora sea de parte de aquél que ha movido los desasosiegos
en esa, o ya del movimiento que pueda causar la novedad en ésta con la voz
del alzamiento, puedan ejecutar lo mismo por sus fines particulares: En este
caos de confusiones no se ha quedado mas consuelo, que ocurrir a la piedad
de Vuestra Señoría Ilustrísima para que atento a lo que llevo expresado y al
peligro en que queda mi vida y la de todos mis compañeros concuras, se digne
darme luces para remediar en alguna manera este peligro que nos amenaza:
Espero de la benignidad de Vuestra Señoría Ilustrísima atienda mi súplica por
amor de Dios, a quien pido incesantemente guarde la necesaria vida de Vues-
tra Señoría Ilustrísima los muchos años que puede. Palcaro diez y nueve de
noviembre de setecientos ochenta.— Besa las manos de Vuestra Señoría Ilus-
trísima, su mas súbdito y perpetuo Capellán.— Doctor Manuel de Cabiedes.—
(Al margen: Respuesta)
En la de Vuesa Merced de diez y nueve del presente me hace ver la
consternación que ha causado en esa Doctrina el trágico suceso del Corregi-
dor de Tinta y que se ha aumentado por haberse prevenido al Corregidor de
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