Page 272 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
de profesion qual era el traydor, bien que se asegura haber estudiado teologia
en el Colegio de San Bernardo del Cuzco; pero sea de todo lo que fuere, las
cartas no eran supuestas, porque efectivamente se dirijieron, por él, y se le des-
pacharon al Sr. Virrey del Perú originales, fuesen o no producciones suyas, o de
alguno de los Españoles que se sabe de positivo le acompañaban forzados por
escapar la vida.
Con dichas Cartas remitidas al Cuzco acompaño unos Edictos de aque-
llos en que prometia no hacer vejacion alguna sino recibir amorosamente a los
que se resignasen y pusieren a su disposicion, y perseguir a sangre y fuego a
los Autores y promotores de las injustas contribuciones. Esto puso a la Junta
de Guerra en precision de publicar que se quitaban dichas contribuciones que
calificadas de injustas por el Rebelde, decia que lo movían a remediarlas. Por un
Bando se hizo saber a la Ciudad que se abolían enteramente los Repartimientos
de los Corregidores, que se perdonaba del todo lo que por esta parte se debia:
que se extinguia la Aduana para Yndios y Mestizos: que los Curas se abstuviesen
de las exacciones obencionales: y que a los Yndios de ningun modo se les pidiese
Diezmos. La Plebe celebró con grande alboroso esta disposicion que quizá inso-
lentó mas al Rebelde, viendo que sus mandatos ya se iban obedeciendo.
Al punto del primer movimiento tuvo cuydado la Ciudad de despachar
Expresos a Lima informando todo lo acaecido. Repitió despues otro con lo mas
que sucedió; y también tercero que dixese el terrible aspecto que tomaban las
cosas con la derrota de aquella florida gente que salió de dicha Ciudad contra el
Rebelde y pereció desgraciadamente en el Pueblo de Sangarará.
El mayor recelo q’ se tenia era de q’ el traydor llegase a entrar y fortificar-
se en el Cuzco por el crecido numero de Yndios que hay dentro de sus Muros,
pues si lo lograra, costaria mas el desalojarle, que costó la Conquista de todo el
Reyno; pero una vez que Dios por su misericordia le negó el concurso para in-
tentarlo al principio de su revelion o despues de la derrota de Sangarará (como
se suele decir a renglon seguido), en que sin resistencia lo huviera verificado,
pues sus habitantes sobrecogidos de un temor pánico, sin armas, sin municio-
nes, sin tropa no pensaban en defenderse, sino en hacer fuga muchos de ambos
sexos y estados temerosos del golpe que los amenazaba por salvar sus vidas, no
le permitirá hoy que ya se han tomado algunas precauciones para su defensa, no
siendo la menor las continuas lágrimas que vierten las afligidas Virgenes Espo-
sas de Jesu Christo que encierran sus Monasterios.
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