Page 104 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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             la Corona, y asi me represento con justicia todas las eficaces palabras y santas
             inspiraciones de que usaría en aquella sesión, sin dejarme esta imagen más
             espacio que para admirarla y dar a Vuestra Señoría Ilustrísima las gracias que
             merece, interín logra otras de la benigna, santa y venerable mano del Rey, a
             quien le daré cuenta. Los cortos momentos que me faltan para emprender el
             consabido viaje no me dan treguas oportunas a poder comunicar mi gratitud
             a todos los que concurrieron a la enunciada oblación y cantidad expuesta; y
             así ruego a Vuestra Señoría Ilustrísima les haga pasar a mi nombre un aviso en
             que les manifieste, que con el que Vuestra Señoría Ilustrísima me ha dado de
             su generosidad y laudables disposiciones para concurrir al auxilio de nuestras
             armas, al sociego del público, a la defensa de la religión y a la obediencia del
             Rey, estoy lleno de gusto y con deseos de darles también unas vivas señales
             de mi complacencia y de la ternura con que procuraré hacer presente al Rey
             el placer que debe tomar con tener en sus dominios unos cuerpos religiosos
             y unos eclesiásticos que le aman, que le veneran, que se interesan como Su
             Majestad quiere en favor de sus estados y que respiran al mismo celo por la
             religión y por la causa pública, tanto como esos, a quien logró Vuestra Señoría
             Ilustrísima demostrar su espíritu.— En fin Señor Ilustrísimo ni los asuntos, ni
             el tiempo me dejan libre la palabra, ni el corazón para decir a Vuestra Señoría
             Ilustrísima todo lo que quisiera y por lo propio le ruego que se meta en el, y
             que se interprete o lea en los caracteres de mi respeto, inclinación y buena ley
             hacia su persona, todo lo que no puedo hacer que salga en mis cláusulas, con-
             tentándome ahora con pedir a Dios que guarde a Vuestra Señoría Ilustrísima
             muchos años. Lima 12 de diciembre de 1780.— Ilustrísimo Señor.— Besa la
             mano de Vuestra Señoría llustrísima su mas atento y seguro servidor, José
             Antonio de Areche.— Ilustrísimo Señor Obispo del Cuzco Don Juan Manuel
             Moscoso.


                    (Al margen: Carta)
                    Ilustrísimo Señor.— Muy Señor mío: Me traspasa el corazón cuanto
             contiene la confidencial, que me puso Vuestra Señoría llustrísima en 29 del
             mes próximo, sobre la huída que hacen de esa ciudad los sujetos que deberían
             animarla con su presencia, ya por su carácter y empleos, y ya para no debili-
             tar el ánimo de los que no pueden salir de su recinto del Oficial Real Andía
             nunca pude yo hacerme a creer o esperar cosas de sustancia y seame licito
             decirle nunca logró sorprenderme, ni su aparentado celo, ni los informes con



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