Page 108 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            más se demorase el socorro. Yo creía en los primeros insultos ser bastantes
            seiscientos soldados bien disciplinados a contener este orgullo. Hoy según las
            prevenciones son necesarios muchísimos más, para disipar la conspiración; ya
            digo en la que acompaño al Señor Virrey, que ni hasta dos mil son suficientes.
            En este supuesto podrá el celo de Vuestra Señoría Ilustrísima arbitrar que no
            se pierda instante a fin de subvenir a tamaña urgencia, o lo que tuviese por
            más conveniente, mientras yo .duplico mis ruegos a la divina majestad, para
            que aplaque sus iras justamente movidas por nuestras culpas, a cuyo fin no
            cesan las rogativas públicas y he hecho publicar una misión para implorar la
            divina misericordia en tan terrible conflicto.— Han sido muy. pocos los que
            han demostrado su celo por el real servicio y entre estos quien le ha acreditado
            con distinguidas ventajas y espíritu infatigable, ocurriendo tanto a las provi-
            dencias de fuera , como a los refuerzos de la ciudad hacia el caballero Don
            Pedro Vélez, cuyas cualidades acompañadas del talento militar le hacen digno
            de ponerse a la frente de un ejército y de cualquiera real confianza y por la que
            ha debido a la Asamblea, se le ha destinado para que pase a informar al Exce-
            lentísimo Señor Virrey y a Vuestra Señoría Ilustrísima del miserable estado de
            esta·Ciudad y la Diócesis, que se halla en los últimos paracismos, el que a viva
            voz expondrá a Vuestra Señoría Ilustrísima los estrechos en que nos vemos. Ni
            el tiempo, ni el pavor ofrece lugar para más, que para rogar a Nuestro Señor
            guarde a Vuestra Señoría Ilustrísima muchos años. Cuzco y noviembre 21 de
            1780.— Es copia de la carta que el Señor Obispo del Cuzco escribió al Señor
            Visitador General, doy fe.— Doctor José Domingo de Frias, Secretario.—

                    (Al margen: Carta)
                    Ilustrísimo Señor.— Muy Señor mío: No hay tiempo para decir a
            Vuestra Señoría Ilustrísima otra cosa, sino la de que vamos a salir en breves
            días de aquí el Señor Inspector General y yo con cuatrocientos hombres de in-
            fantería y caballería, y las municiones y armas correspondientes, con destino
            a esa ciudad, donde tendré el gran gusto de ofrecer personalmente a Vuestra
            Señoría Ilustrísima mis respetos y las buenas señales de gratitud y veneración,
            con que le amo.— Aunque esta tropa es fuerza poco robusta, para lo que se
            piensa ahí que se necesita a fin de contrarrestar el osado orgullo y acción inso-
            lente y sacrílega, con que se conduce el insurgente José Gabriel Tupa Amaro,
            se agregará a esta expedición mucha más gente de aquí y de las provincias, por
            donde vamos a pasar, pues me llena de gusto el ver la multitud de nobles



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