Page 78 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
                                                                             Antecedentes
            Juan Tito Túpac Amaro, de que reza el instrumento, se le venga a la pluma Don
            Alonso Tito Atauchi, un Inca que le era desconocido, y que existió ahora más de
            dos siglos, y a quien no conocía, es equívoco, que sólo la serenidad de Don José
            Vicente lo puede llamar insustancial.
                    Si los cargos y los convencimientos de falsedad quedaran disueltos con
            satisfacciones de esta naturaleza, ya los falsarios habrían adquirido un libre pasa-
            porte para quedar impunidos, y pudieran ser muchos los que con la Real Cédula
            de Don Alonso Tito Atauchi, hiciesen el mismo prodigio que ha hecho Betancur,
            con sólo el trabajo de copiar la Cédula, y subrogar un nombre ideal en lugar de
            otro. La falsedad es un crimen gravísimo, es perjudicial, y como de difícil proban-
            za, las presunciones y los indicios la arguyen y la califican. Así cualquier vicio que
            se note en: el Instrumento, falta de estilo y de verosimilitud, lo hace presumir falso
            y no vale la respuesta pueril de que es equívoco.
                    Son muchas las circunstancias que concurren para que se tenga por falso
            ese Real Rescripto, y para que no se repute equívoca la expresión de Don Alonso
            Tito Atauchi, sino indicio y manifestación de su falsedad. No se equivocan los
            amanuenses con tanta erudicción, que en lugar de Don Juan Tito Túpac Amaro,
            que era el de que se trataba, pusiese a Don Alonso Tito Atauchi, cabalmente el
            mismo a favor de quien se expidió la verdadera Real Cédula de primero de Oc-
            tubre de mil quinientos cuarenta y cuatro, copiadas y encapitada con la misma
            fecha, tenor y contexto en Don Juan Tito Túpac Amaro. Si éste pasara por equívo-
            co insustancial, habría logrado Don José Vicente cerrar las puertas a los arbitrios
            que el Derecho y las Doctrinas facilitan para el descubrimiento de las falsedades y
            escarmiento de los falsarios.
                    Esto no puede ser, ni tampoco pudo el amanuense equivocarse en pun-
            to tan sustancial, porque sino es imposible, es muy inverosímil que copiando un
            Instrumento que hablaba de Don Juan Tito Túpac Amaro, subrogase en su lugar a
            Don Alonso Tito Atauchi; luego la falsedad respira y atosiga su pestífero mal olor,
            y más cuando el contrario funda la verosimilitud del fraude el mismo concurso
            de circunstancias en una Real Cédula verdaderamente librada en todo su tenor y
            contexto a favor de dicho Don Alonso Tito Atauchi.
                    Tito Atauchi tuvo hijos en varias mujeres solteras y también las tuvo
            Don Juan Tito Túpac Amaro. Aquél le hizo relación a su Majestad de que tenía
            hijos, y éste le hizo la misma relación. Aquél fué buen cristiano y sirvió a Su Ma-
            jestad en las cosas que se ofrecieron, y éste también tuvo igual mérito. A aquél
            le legitima Su Majestad los hijos, y también a éste con los mismos privilegios.



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