Page 83 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
ral de la Ciudad, y después de remitida la causa a esta Real Audiencia; el testigo no
dice otra cosa, que haber oído, sin acordarse cuándo ni a quién, que fulano Túpac
Amaro (Cacique actual, que no sabe de qué pueblo ni tampoco su nombre) era
hijo de persona de extraño fuero; y sin más que esta declaración singular, vaga,
incierta e interminada, tiene Don José Vicente el arrojo de hacerme esta injuria,
cuando es público y notorio, y mi misma inspección manifiesta que soy indio por
todas partes; pero descendiente del Inca último, que soy actual Cacique por legí-
tima sucesión y por general aclamación de mis pueblos. Así en la imputación de
bastarda, que en lo judicial y extrajudicial hace a Doña Juana Pilcohuaco, cuando
de la prueba e información que ésta dió, consta haber sido hija natural del último
Inca Don Felipe Túpac Amaro, y hasta ahora no se ha probado ni se probará lo
contrario.
Yo soy hijo legítimo de Don Miguel Túpac Amaro como consta de mi
prueba, partidas de bautismo y casamiento, de fojas y fojas, cuaderno cuarto; y
como tal le he sucedido en el Cacicazgo, y estoy en actual posesión de él. El citado
Don Vicente que su viveza no le hace omitir diligencia, se fué al pueblo de Pam-
pamarca, uno de los pueblos de mi Cacicazgo, y pudo conseguir del Cura Don
Antonio López de Sosa que le entregase los libros de bautismo y casamiento, que
registró a su arbitrio y satisfacción, como así lo tiene declarado, a mi pedimento,
de orden de Vuestra Alteza; y como encontró las partidas de mi bautismo en hojas
sueltas por negligencia de los curas, ya se deja presumir quién pudo sustraerlas.
Bajo de este concepto Don José Vicente pidió que se trajesen los libros, y por úl-
timo resultó que el Cura Don Antonio López de Sosa hiciese la declaración que
originariamente se halla a fojas ciento noventa y seis, cuaderno segundo.
En dicha declaración que se ha de ver, expresa los motivos que pudo haber
para que se hubiesen perdido aquellas hojas sueltas y por último da la razón si-
guiente: «O porque tal vez Don José Vicente García abusando de la confianza que
le hice de los libros, al tiempo que vino a buscar las partidas de casamiento de Don
Lucas Túpac Amaro, y la partida así mismo de bautismo de Doña Manuela Túpac
Amaro (personas que jamás ni de tradición de padres a hijos ha oído mentar en
ésta Doctrina a sujeto alguno), hubiese maliciosamente sustraído dichos papeles
sueltos, como tiene dicho constaban en sus respectivos libros, etcétera».
En esto vino a parar el ruido de las partidas de bautismo y casamiento,
que aunque nunca las hubiera habido, como esta era culpa ajena, no me podía ser
imputable, cuando por pública notoriedad, en aquellos pueblos y provincias soy
conocido, y de sucesión en sucesión ha recaído en mí el Cacicazgo y tierras que
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