Page 81 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
ción los mismos originales, que ya en parte se han cotejado, corregido y con-
certado con citación del referido Don José Vicente, y ya también en su última
declaración, hecha a pedimento de mi parte, confiesa haber tenido todos mis
instrumentos en su poder, aún antes de haberse puesto esta demanda; con que
todo cuanto contra el tenor de dichos instrumentos dijese, será contra su propia
confesión y contra su propio conocimiento, y no será defensa sino injuria la de
dominar bastarda a la Coya Doña Juana Pilcohuaco, y de nominarme a mí hijo
de una persona de extraño fuero, sin más fundamento que el de una desordena-
da propensión.
Presente la parte contraria, como yo lo hago, o manifieste sus instru-
mentos originales, para que con mi citación se concierten, corrija y cotejen con
los muchos testimonios que ha presentado; y con esto sólo sin traer otras rela-
ciones y otros parentescos que no son del caso, habrá fundado la no falsedad de
esas Reales Cédulas, que dice libradas a favor de. Don Juan Tito Túpac Amaro.
Califique después con pruebas de formalidad que éste es ascendiente de Don
Diego Betancur y el negocio quedará acabado; pero en el ínterin que esto no
aparece, las cédulas manifiestan su falsedad, y en los autos no consta esa tal des-
cendencia de Don Juan, Tito Túpac Amaro.
Esto es lo que debe hacer porque ni los testimonios de testimonios que
ha presentado, ni las confirmaciones de los privilegios de sus Armas, de su Ca-
dena y de su asiento en Cabildo, referentes todas a las mercedes contenidas en
dichas Reales Cédulas, pueden serle útiles en manera alguna, convencida la fal-
sedad de dichas Reales Cédulas, que han sido el principio y el origen de esas
confirmaciones repetidas, tanto que ahora nuevamente las ha refrendado en ese
Superior Gobierno, porque le parece que con eso autoriza más sus propósitos, y
pone distante de sospecha esos falsos testimonios de dichas Reales Cédulas.
Engáñase, porque lo que es nulo siempre es nulo, y lo que fué falso siem-
pre es falso; y por consiguiente todas esas confirmaciones de privilegio serán falsa-
mente obtenidas, y serán un gravamen que los hagan más merecedores de la pena
en la repetida falta de veneración y de acatamiento a los superiores tribunales. La
verdad siempre es preferente, y en convenciéndose que el principio es falso, han de
ser subrepticias todas las confirmaciones, que de él se deducen y derivan.
Don José Vicente ha perdido mucho tiempo, ha impendido costos, ha
engrosado el proceso, y me ha dado mucho que trabajar con multitud de instru-
mentos que, aunque inútiles, me ha sido preciso reconocer. Ninguno de ellos es
fidedigno, todos son testimonios de testimonios dados por diversos escribanos.
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