Page 89 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
masías, y procuran lucrar separadamente de la cuenta que han de dar al cura
propio, porque les quede con qué regalar á sus prelados que les consienten
vivir fuera de sus claustros á los frailes, por quedarse sus superiores con las
rentas para convertirlas en sus auges y ascensos, haciendo tambien granjerías
de las licencias y permisos que dan á los súbditos que andan vagando cuando
no tienen destino de algun ayudante de cura, ejercitándose en prohibidos co-
mercios y causando muchos daños á los indios de quienes intentan servirse á
título de caridad y limosna, y con el fuero de ayudantes cuando lo son.
115. Ultimamente, para terminar los curas las visitas de las punas,
hacen padron de todos los habitantes de las punas, y ponen grande cuidado de
apuntar en él las mujeres que quedan preñadas para demandarles al siguiente
año el fruto que les ha de producir el óleo ó el entierro, aunque no ejecutan
uno ni otro, como queda advertido; cuya diligencia, si fuese practicada con
el recto fin de su alivio, sería laudable, y mucho más el que despachasen en-
tre año sacerdotes que lo solicitasen y educasen en la doctrina cristiana á los
muchachos, y que oyesen misa algunos dias de fiesta; pero en todo esto tie-
nen una grandísima omision, disculpándose con la falta de posibilidad para
mantener estos sacerdotes, áun cuando los curatos son más pingües de lo que
necesitara un eclesiástico arreglado; punto esencialísimo en que la Real cle-
mencia y piedad de V. M. ha dado novísimas órdenes para que se acuda á este
reparo, bien sea poniéndose sacerdote cuando distasen más de cuatro leguas
las reducciones, ó separando y dividiendo los curatos; pero esto no se ejecuta
segun la mente de V. M., sin embargo de haber curatos de treinta leguas de
jurisdiccion y muchas utilidades, debiéndose tomar ejemplo del Obispo de
la Paz, el doctor D. Francisco Gregario del Campo, de quien notoriamente se
dice haber puesto en ejecucion las Reales órdenes de V. M. y dado otras mu-
chas advertidas providencias para la reforma de su obispado.
PUNTO SEXTO.— SOBRE FIESTAS, PRIOSTES
Y ALFERECES
116. Ninguna cosa es más querida de los indios que las fiestas, por la
ocásion que les ofrecen de continuar sus embriagueces, y así abrazan fácil-
mente cualquier establecimiento de ellas, aunque les hayan de causar futuros
perjuicios; por esta facilidad que encuentran los curas en ellos, han estableci-
dó tantas cofradías, que no habrá mes en el año que no se celebren algunos ó
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