Page 83 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            dáver insepulto seis ú ocho dias, con notable penalidad de los habitantes de la
            casa y de todo el barrio, de que se han originado muchas pestes; pero si el que
            muere es sujeto pobre, destituido de bienes, y de ningún pariente, es mayor la
            lástima, pues queda expuesto su cuerpo al desprecio, y suelen colocarle en una
            capilla o casas francas que hay en los cementerios, hasta que se junte limosna
            para enterrarle, y en el ínterin se corrompe ó se le comen los perros, de que
            pudieran referirse muchos casos.
                    98.  Pero aunque para pretender los curas la paga de derechos de entie-
            rros de españoles, mestizos, indios nobles, se pueden valer de los arranceles,
            que no observan, es más tirana la pretensión de cobrar de los indios tributa-
            rios, sus mujeres é hijos, porque estando éstos exentos, y declarando que los
            hayan de enterrar de balde, por la contribución del tributo que han pagado, de
            que se les deduce el sínodo que se les da, es cobrar duplicadamente el entierro,
            con preciso cargo de restitución, de que quieren evadirse con el pretexto de
            la pompa funeral, sin advertir que la que es correspondiente á esta clase está
            igualmente declarada en la ordenanza, y que cuando hiciesen alguna, la tie-
            nen ya anticipadamente pagada; pues sin embargo de esto, les exigen y cobran
            excesivos derechos, regulados tambien por los bienes que dejen, y cuando no
            los tienen, les hacen los entierros en los campos santos ó cementerios con cruz
            baja, y no ha faltado cura que cometa esta función al sacristan, hallándose
            ocupado en diversiones ilícitas que le llaman más la atencion que á la obra de
            misericordia que lo contraia a enterrarlo además de la obligacion de su em-
            pleo, pero cuando no estuviese pagado por su empleo, lo está de más por este
            modo.
                    99.  Todos los años renuevan los indios á su costa la iglesia y casa del
            cura; si se cae una ú otra las levantan por faenas sin darles jornal, porque dicen
            tienen obligacion para ello, olvidándose de las rentas que tienen las iglesias y
            lo que produce la fábrica, no contentándose con tener casas moderadas, sino
            con extensibn de viviendas para huéspedes, hermanos, parientes y compañe-
            ros, cuya pension hizo mayor un cura sobrino de un obispo.
                    100.  Es digno de lamentarse el ver comunmente que cuando muere algun
            indio tributario pobre o su mujer, y tengan hijos menores, les toman los curas en
            prendas por el entierro, y más si son mujercitas, para venderlas ó regalarlas á perso-
            nas de su indecente conexion, para que se sirvan de ellas como esclavas, sin permitir
            las recojan y crien sus parientes, de quienes las extraen para este fin y hacer granjería,
            la que por otro término pudiera ser caritativa diligencia en su educacion y refugio.



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