Page 78 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Representación de la ciudad del Cuzco
83. Muy comunes son estos sucesos, y más en los pueblos y provincias
de serranía, en que se han visto casos notables motivados de este desórden,
de cuya relacion se pudieran hacer volúmenes, y servirán de ejemplo algunos
modernos que se tienen á la mano.
84. En el pueblo de Xirca, de la provincia de Aymaraes, trataron de
casar á un indio de más de 20 años, y preguntándole el cura su nombre, res-
pondió que se llamaba Iguarizo, que significa pastor de yeguas, se le hicieron
várias preguntas para saber su orígen y dónde habia vivido, y se calificó no
estar bautizado, porque sus padres le ocultaron del sacristan, por no pagar los
derechos del bautismo; se le halló sin la menor luz de doctrina, y es probable
estarán como él otros muchos por igual motivo.
85. En el pueblo de Yaurisique, de la provincia de Chitques, muy cer-
cana al Cuzco, advirtieron dos personas europeas que un indio, mozo de unos
14 años, ignoraba la doctrina cristiana, y en pensando á catequizarle en ella,
descubrieron no estar bautizado por no haber pagado sus padres los derechos;
avisaron al cura, quien le instruyó y bautizó, y a poco rato de ser cristiano, fa-
lleció con notable gozo de los que fueron movidos á su educación y felicidad.
86. Por un vecino del Cuzco á una hacienda de la provincia de Aban-
cay, en jurisdiccion del pueblo de Guanipaca, donde hay ó habia destinado el
cura á un hombre mestizo para que apuntase los que nacian y morian, y convi-
niéndose éste con la gente en hacer los oficios de cura, los bautizaba; pregun-
tándole la forma de hacerlo, respondió que les echaba el agua en el nombre de
la Santísima Trinidad, y también le avisó el cura para que bautizase á más de
20 criaturas que omitian sus padres llevarlas por carecer de los derechos que
les llevaban.
87. Igual práctica halló en otro pueblo anejo de Challababa, en pro-
vincia de Paucartambo, un vecino del Cuzco, donde, movido de curiosidad,
preguntó á los indios habitantes si sabian rezar la doctrina cristiana, y le res-
pondieron que allí iba su cura una vez al año, por estar catorce leguas de su
pueblo donde vive, y que entonces los examinaba; pero que tenian un indio
buen doctrinero que les enseñaba y bautizaba á sus hijos y los enterraba cuan-
do morian, y habiéndole hecho llamar, le examinó en la materia y forma del
bautismo, a que respondió que sólo rezaba el credo y les echaba agua, y co-
braba los derechos para dárselos á su cura, y lo mismo de los entierros que
él hacia, y que para que la cuenta fuese legal, les dejaba alguna mano ó pie
descubierto en la sepultura, y por esa señal cobraba los entierros, y le tenía a
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